La ocho Cruzadas a Tierra Santa surgieron por el deseo de los cristianos europeos de recuperar Jerusalén y otros lugares santos en Tierra Santa que habían caído bajo control musulmán, a ello se le sumó el deseo de guerras y aventuras de los señores feudales y de los reyes.
Las ocho Cruzadas a Tierra Santa
Las cruzadas fueron un proceso por el cual el cristianismo Occidental y el modelo de organización feudal se expanden de manera violenta en el ámbito del Mediterráneo, el Báltico, Andalucia y Europa Oriental, desde fines del siglo XI hasta el siglo XV. Oficialmente, se desarrollaron ocho Cruzadas a Tierra Santa; sin embargo, también existieron otras que no suelen ser contabilizadas. Repasa este breve resumen sobre todas las cruzadas:
Primera Cruzada (1096-1099 d. C.):
Después del fracaso de la cruzada popular o de los pobres a cargo de Pedro «El Ermitaños» se culminó con la organización de la primera cruzada en la que estuvieron tropas de Francia, Inglaterra, Alemania, Paises Bajos, Sicilia y Hungria, los cuales fueron dirigidas por los nobles llamados segundones: Godofredo de Bouillón, Raimundo de Tolosa y Bohemundo de Tarento.
Esta primera conquista tuvo como resultado la conquista de Antioquia y Jerusalén, donde aniquilaron a su población para luego iniciar a establecer el Reino de Jerusalén, el Principado de Antioquía, y los condados de Edesa y Tripoli.
Segunda Cruzada (1147-1149 d. C.):
En el año 1114, Zengi reúne a las fuerzas Fatimi, y comienza la extensión de sus fronteras, alcanzando conquistar Edesa. De ahí que, el predicador Bernardo de Claraval y el Papa Eugenio III llamaran a una cruzada nueva.
Esta nueva travesía fue dirigida por el rey Luis VII de Francia y el emperador Conrado Ill de Alemania. No obstante, las contiendas entre los franceses, alemanes y bizantinos ocasionaron un rotundo fracaso, puesto que las tropas de Nur al-Din, el hijo y sucesor de Zengi, consiguieron cercar los dominios cristianos en Tierra Santa.
Tercera Cruzada (1189-1192 d. C.):
El Sultán de Egipto y Siria juntaron a las facciones musulmanas del Cercano Oriente con el objetivo de expulsar a los cristianos. En 1185 murió el rey Balduino IV, al aumentar su lepra, con lo cual asumió el trono el general Guy de Lusignan, quien estableció una política agresiva contra los musulmanes y ayudó a los sectores más fanáticos como los Caballeros Templarios encabezados por Reinaldo de Chantillón.
Con ello, la intervención de Saladino y su ejército resultó en la derrota de los cristianos en la batalla de los Cuernos de Hattin el 4 de julio de 1187, y es en octubre que se sitúa en Jerusalén luego de un duro asedio.
El vencimiento generó que el Papa Gregorio VIII llamara a la cruzada en 1189, en la que participaron los principales gobernantes de Europa, Ricardo I, rey de Inglaterra, Felipe II, rey de Francia y Federico 1 «Barbarroja», emperador del Sacro imperio romano germánico (Alemania).
Sin embargo, en esta cruzada no se obtuvieron del todo resultados favorables:
- Las tropas alemanas se apartaron debido a la repentina muerte del emperador, que murió ahogado en el rio Salef en Turquía.
- Los franceses e ingleses lograron un único triunfo en la toma de Acre el 13 de julio de 1191. Los prisioneros fueron masacrados por encargo del rey inglés. Por este hecho tan desgarrador, el rey Ricardo I es nombrado como «Corazón de León».
- Ante la retirada de las tropas francesas, el monarca inglés notó la urgencia de firmar un tratado de paz con Saladino en el año 1192, donde los cristianos lograron visitar Tierra Santa y el clero latino se estableció en dichos lugares durante 5 años que se podrían aplazar.
Cuarta Cruzada (1202-1204 d. C.):
El acuerdo de paz entre cristianos y musulmanes se consolidó por varios años y los dominios cristianos en el litoral de Tierra Santa se convirtieron en colonias comerciales italianas. Aún así en el año 1199 el Papa Inocencio III toma la decisión de llamar a una nueva cruzada para brinda apoyo a los cristianos en Medio Oriente.
En esta cruzada los mercaderes venecianos pusieron su flota para el traslado de las tropas y prestaron dinero considerable con el fin de pagar los costos de las mismas en el objetivo de conquistar Egipto. Pero al no poder atacar a los musulmanes los líderes de la cruzada Enrico Dandolo, Bonifacio de Montferrato y el bizantino Alejo Angelo, determinaron quedarse en Bizancio.
Los líderes acordaron que el bizantino Alejo Angelo fuera emperador, pero ante el rechazo de la población y su destitución, los expedicionarios acordaron conquistar Constantinopla, saqueándola y masacrando a su población el 12 de abril de 1204. Lo saqueado fue transportado y comercializado por la flota veneciana. Los cruzados dividieron el Imperio bizantino en tres:
- Imperio Latino.
- Imperio de Nicea.
- Imperio de Trebisonda.
Quinta Cruzada (1217-1221 d. C.):
El Papa Inocencio III en el año 1213 citó a una nueva cruzada que finalmente se dio en 1217, a la cual se unió el rey Andrés II de Hungría. Esta nueva travesía tenía como fin la conquista de Egipto después de conquistar Damieta, en el Delta del Nilo, los cruzados siguieron en dirección de El Cairo, donde fueron vencidos y perdieron todo lo ganado en julio del año 1221.
Sexta Cruzada (1227-1229 d. C.):
La expedición estuvo a cargo del emperador alemán Federico II, quien a causa de las contiendas con el Papa Gregorio IX fue excomulgado no teniendo el permiso para su expedición. A pesar de ello se condujo hacia la conquista de Jerusalén, Belén y Nazaret, para dominarse Rey de Jerusalén en el año 1229 resultado de un acuerdo diplomático por diez años con los musulmanes, quienes en ese momento no estaban unidos y carecían de lideres reconocidos. Pero, al contar con una fuerte oposición, en su regreso a Italia establece las paces con el Papa.
Séptima Cruzada (1248-1254 d. C.):
Una vez terminado la tregua, los cristianos se vieron en la necesidad de establecer alianzas con los lideres musulmanes de Damasco. Éstos se encontraban en guerra con los musulmanes egipcios, lo cual llevó a los cristianos a intervenir, perdiendo en el 1244 la ciudad de Jerusalén y las de Gaza y Ascalón en 1247.
En 1249 las fuerzas francesas al mando del rey Luis IX tomaron Damieta, pero al año siguiente fueron derrotados rumbo a El Cairo incluso el monarca fue tomado prisionero debiendo pagar un fuerte rescate a cambio de su liberación.
La invasión de los mongoles sirvió para retrasar las operaciones militares, hasta el decisivo triunfo musulmán en setiembre de 1260, que puso fin a la amenaza asiática. En julio de 1261 los bizantinos con ayuda genovesa recuperaron Constantinopla poniendo fin a esta larga cruzada.
Octava Cruzada (1268-1270 d. C.)_
La octava cruzada fue iniciada también por el rey Luis IX de Francia, quien como primer paso atacó Túnez para marchar sobre Egipto, pero la peste acabó con el rey y gran parte de sus tropas en 1270. Al año siguiente, 8 de abril de 1271, los mamelucos tomaron la fortaleza símbolo de los cruzados, el Krak de los Caballeros en Siria. Pero su avance fue frenado por los cruzados ingleses en 1272, estableciéndose una tregua de diez años. En 1282 se reanudó la guerra, los mamelucos reconquistaron La Odicea en 1287, Trípoli en 1289, Acre, Tiro, Sidón, Tortosa y Beirut en 1291.
Otras Cruzadas:
Cruzada de Segismundo de Hungria:
Este fue la última considerada de magnitud paneuropea, es decir, con participación de varios grupos europeos. El objetivo fue poner limite al avance de los turcos otomanos, para ello en 1396 el rey Segismundo de Hungría organizó el asedio de la ciudad griega de Nicópolis con el apoyo de los ejércitos del príncipe Mircea I de Valaquia y del duque Juan I de Borgoña. Pero a pesar de los esfuerzos las defensas de la ciudad no cedieron y los cristianos recibieron una severa derrota.
Cruzadas bálticas:
Estas expediciones fueron emprendidas por los cristianos de Alemania, Dinamarca y Suecia, entre los siglos XII y XVI, con la finalidad de someter y convertir a los pueblos paganos de la cuenca del Mar Báltico y contra pueblos cristianos considerados igualmente infieles, como los rusos. Uno de los más importantes participantes en estas expediciones fueron los caballeros de la Orden Teutónica, que fue formada en Tierra Santa.
Cruzada contra los albigenses:
El Papa Inocencio III en el año 1209 proclamó la cruzada albigense para eliminar la herejía de los cátaros y erradicarlos del sur de Francia. Los cátaros fueron miembros de la herejía albigense, muy desarrollada al sur de Francia, cuya doctrina estaba relacionada con el maniqueísmo, que planteaba la existencia de dos principios: El bien (Dios) y el mal (demonio), quienes estaban en lucha constante. Se les conoce también como albigenses ya que la ciudad donde más desarrollaron su doctrina fue la de Albi.
Cruzadas en la Reconquista española:
Durante algunas etapas de la larga guerra de Reconquista española los pontífices se refirieron a esta como cruzada, sin la intensión de lograr la presencia de nobles de otros territorios cristianos en la guerra contra los musulmanes, ya que lo que más interesó fue el establecer derechos fiscales para beneficiar a la Iglesia y a las monarquías ibéricas, como la instauración de la Bula de Santa Cruzada.
Cruzada del regente de Hungria Juan Hunyadi:
Después de la derrota de Nicópolis de 1396, las tropas otomanas continuaron sus avances, derrotando a los ejércitos húngaros en la batalla de Varna el año de 1444, en donde el mismo rey Vladislao I murió. Ante el avance sobre la ciudad de Belgrado en 1456 el regente húngaro Juan Hunyadi solicitó el apoyo del Papa Calixto III para formar un ejército cruzado y hacer frente a los turcos, consiguiendo una importante victoria que puso fin a la expansión musulmana.