El imperialismo del siglo XIX marcó una etapa fundamental en la expansión global de las potencias europeas. Este período se distingue por la expansión territorial, la explotación económica y el dominio político que las potencias imperialistas impusieron en diversas regiones del mundo.
Imperialismo colonial del siglo XIX
El Imperialismo colonial es un fenómeno sociopolítico basado en las derivaciones macroeconómicas de la Revolución Industrial: el deseo de extender mercados a otras áreas entre Europa, para así diversificar la cantidad y calidad de recursos obtenibles.
Características
- Expansionismo comercial.
- Dominación de regiones de interés económico.
- Crecimiento sostenido de la población europea.
- Rivalidades políticas y mercantiles entre los países europeos.
Reparto de África
Por sus indudables riquezas y las diversas expediciones europeas se decidió, por varias naciones (Bélgica, Francia, Portugal, España, Inglaterra, Italia y Alemania) en la Conferencia de Berlín de 1885, acordar áreas de reparto sobre el argumento de que solo la ocupación efectiva y no el descubrimiento daba derecho a la posesión de una colonia.
Esquema de países y sus colonias en cada continente:
África | América | Asia | Europa | Oceanía | |
Inglaterra | Egipto Sudán Costa de Oro Nigeria Sudáfrica Rodewsia | Canadá Guyana Bahamas Malvinas Belice Jamaica Trinidad y Tobago | India Hong Kong Borneo | Gibraltar Malta Chipre Singapur | Australia Tasmania Nueva Zelanda |
Francia | Argelia Marruecos Sahara Somalia Madagascar Guinea Congo Djibouti | Guyana Antillas | Indochina | Nueva Caledonia Micronesia | |
Alemania | Togo Camerún África Sudoccidental Namibia | Nueva Guinea | |||
Italia | Libia Eritrea | ||||
Bélgica | Congo Belga (Zaire) | ||||
Holanda | Guyana | Borneo | Sumatra Célebes Nueva Guinea | ||
España | Marruecos Español | Cuba Puerto Rico | Filipinas | ||
Portugal | Angola Mozambique | Macao |
Proceso de formación del Imperialismo colonial
En el siglo XIX, Europa se proyectaba hacia todos los continentes. Las grandes potencias europeas, especialmente Inglaterra y Francia, forman imperios mundiales. Esta expansión es, en gran parte, el resultado de la Revolución Industrial, que has estudiado. Vamos a examinar los diferentes factores –económicos, políticos, estratégicos y morales– que contribuyen a la formación de estos imperios.
Causas económicas:
Son indudablemente los más influyentes para el origen del Imperialismo del siglo XIX. Hacia el siglo XIX Europa buscaba en otros continentes productos exóticos, y raros. Sin embargo, la Revolución Industrial hace más pequeño el mundo. Europa comienza a buscar en otros continentes, no solo productos exóticos, sino también artículos básicos: alimentos y materias primas.
La primera razón de esta búsqueda es la escasez. La industria devora materias primas: algodón, lino, semillas oleaginosas (para elaborar aceites) y fuentes de energía: carbón, más tarde petróleo. Europa no puede suministrar todo lo que su industria necesita y lo busca en otros continentes.
La segunda razón es la carestía. El aumento de la población encarece los alimentos. De la misma manera, se encarecen las materias primas y como consecuencia del aumento de salarios a los obreros, se buscará mano de obra barata en países de otros continentes.
Finalmente, la producción industrial se abarata cuando se fabrica a gran escala. Se necesitan mercados nuevos. Así se extraerá de los países no industriales las materias primas y se venderán en ellos una parte de los artículos fabricados. Por otra parte, en estos países se puede construir ferrocarriles, puertos y ciudades. Es un campo ilimitado para los capitales europeos.
Causas políticas y estratégicas:
Los marinos quieren encontrar puertos para hacer escala en sus largos viajes. Es importante controlar los estrechos y las islas estratégicas en el mar, o las grandes rutas terrestres. En África, Inglaterra casi consigue formar un imperio de Norte a Sur, desde el Mediterráneo hasta el Cabo de Buena Esperanza: ese sería el sueño de todos los Estados.
El nacionalismo, que está en pleno apogeo, fomenta la formación de imperios. Así, se cree que una nación no es poderosa mientras no posea colonias, que un gran pueblo tiene una misión que cumplir en el mundo. Así, Rudyard Kipling, en la Canción de los ingleses, habla de la superioridad de la raza y el temperamento de los sajones. En Francia, Jules Ferry alega que renunciar a la expansión fuera de Europa equivale a abdicar al rango de gran potencia.
Causas morales:
A veces, los países industrializados enarbolan ideas de apoyo a los pueblos atrasados. La preocupación más importante es llevar a ellos la religión de los pueblos europeos. De este modo, los misioneros reciben ayuda de los gobiernos por aquella tarea.
Los sectores más revolucionarios, dentro de los países industrializados, critican la violación de los derechos de los pueblos débiles. No obstante los intereses son más fuertes que las críticas, y los pueblos europeos se lanzarán, uno detrás de otro, a la conquista de las colonias. La curiosidad que suscitan los viajes de exploración contribuyen a debilitar la resistencia inicial a la colonización.