La política ateniense atravesó por varios sistemas de gobiernos (monarquía, aristocracia, timocracia y tiranía) hasta llegar a la democracia (siglo V a. C.).
Política ateniense
A diferencia de Esparta, Atenas pasará sucesivamente por diferentes tipos de gobierno como producto de la expansión comercial y de la presión de los comerciantes, desde la Monarquía (siglo XII-VII a. C.), que coincide con la Edad Oscura, hasta lograr la famosa democracia.
Atenas no siempre fue un Estado de tipo democrático, para lograr serlo tuvo que atravesar un largo proceso donde fueron cambiando poco a poco sus instituciones hasta alcanzar finalmente el sistema democrático ganando los ciudadanos comunes el derecho a participar en el gobierno. Así distinguimos los siguientes períodos de la política ateniense:
Monarquía (siglos XI-VII a. C.)
La monarquía fue la etapa inicial de todas las polis de Grecia. El poder estaba en manos de un rey llamado Basileus de carácter hereditario, asesorado por un consejo de nobles (eupátridas) denominado «Areopago» (en la época de la democracia sería un Tribunal de Justicia).
Aristocracia (siglos VIII – VI a. C.)
La aristocracia es el gobierno basado en la nobleza de la sangre o de las familias más ilustres de Atenas poseedores de grandes extensiones de tierras y esclavos. El acceso al poder político está determinado así por el nacimiento o linaje de esta aristocracia terrateniente. Surge cuando los nobles o eupátridas debido a su fortalecimiento económico ya no quieren que todo el poder recaiga en una sola persona. Se mantiene el Areopago como consejo de nobles y se crea el cargo de arcontes o ministros que eran funcionarios administrativos.
Sobresale el legislador Dracón (621 a. C.), quien redactó un severo código de leyes (las cuales serían las primeras escritas en Atenas) para superar los conflictos entre los eupátridas y los nuevos sectores enriquecidos por el comercio marítimo y los esclavizados por deudas. Sin embargo, sus reformas fueron insuficientes.
Timocracia (596-564 a.C.)
La timocracia es el gobierno donde los derechos políticos estarán en función de la riqueza y no en el nacimiento o linaje. Destaca el legislador Solón, quien dividió a los hombres libres según su poder económico y sentó las bases de la democracia pues creó las instituciones que la sustentaría como la Bulé (Senado) y la Ekklesia (Asamblea Popular) integrada por todos los ciudadanos; sin embargo, un requisito para poder participar y votar era tener propiedades, por ello en la práctica solo participaban en ella los ciudadanos más pudientes, lo que desembocó en una oligarquía. Además, Solón abolió la esclavitud por deudas y limitó los poderes de los eupátridas. Las reformas de Solón tuvieron un éxito parcial porque las tensiones sociales no desaparecieron.
Tiranía (564 – 510 a. C.)
La tiranía es un gobierno unipersonal que se accedía mediante la fuerza por medio de un golpe de Estado siendo de carácter ilegítimo. En el caso de Atenas, al inicio representó los intereses de los sectores populares y la oligarquía en contra del poder opresor de la aristocracia que estaba bastante debilitada.
Resalta Pisistrato quien tomó el poder apoyado por los sectores populares. Así mismo, debido a su política de obras públicas, reparto de tierras e impulso a las artesanías y al comercio se ganó el apoyo de más grupos como la oligarquía. En ese sentido, la tiranía representó una etapa de transición hacia la democracia en la medida que favoreció al pueblo.
Pisístrato murió en el 527 a. C., pero previo a su deceso, entregó el gobierno a sus hijos Hipias e Hiparco haciendo la tiranía hereditaria. Con ellos, la tiranía cayó en una severa dictadura a la cual se opusieron los eupátridas. Finalmente, Hiparco fue asesinado e Hipias desterrado más tarde de Atenas. Cuando cayó la tiranía, la nobleza intentó que la política ateniense retorne al sistema político anterior a las reformas de Solón, sin embargo, encontró la oposición de la mayoría de los ciudadanos que se decidieron por la democracia.
Democracia (510 – 338 – 146 a. C.)
La democracia fue el gobierno de los ciudadanos, donde todos ellos eran iguales ante la ley y elegían a sus gobernantes. Constituyó uno de los aportes más importantes de la Antigua Grecia. Los ciudadanos atenienses en realidad eran una minoría, siendo apenas la tercera parte de la población en tanto que la mayoría eran esclavos y metecos.
Destaca el legislador Clistenes quien es considerado el fundador de la democracia. Entre sus principales obras se encuentran el establecimiento de la ley del ostracismo que consistía en desterrar de Atenas por 10 años a los sospechosos de querer concentrar poderes; dividió además el territorio del Ática en demos o distritos territoriales electorales agrupándolos en 10 tribus, donde cada una debía mandar 50 representantes a la Bulé. En dicha división, Clístenes agrupó a los ciudadanos proporcionalmente por su lugar de residencia y no por su nacimiento, linaje o riqueza. Con estas medidas Clistenes fortaleció el Estado y amplió la participación ciudadana en los asuntos públicos.