San Martín planteó una independencia de tránsito pacífico, con una monarquía constitucional y sin participación popular.
Para asegurar la independencia de América, se debía derrocar al gobierno colonial en el Perú. Al haber fracasado todos los intentos de entrar al virreinato por el Alto Perú, San Martín decidió en 1817 acceder por Chile cruzando los Andes.
Una vez vencida la resistencia realista en Maipú en enero de 1818, el independentista estuvo preparado para iniciar una campaña hacia Lima; pero esta vez más difícil, delicada e importante.
San Martín en el Perú
El jefe de la armada Insurgente, el inglés Tomás A. Cochrane en dos incursiones en mar peruano asestó golpes considerables a las fuerzas españolas (enero y setiembre de 1819). En la primera llegó hasta Paita, después de haber combatido con buques españoles en el Callao; y en la segunda llegó hasta Guayaquil capturando dos naves españolas.
La guerra en el mar hizo perder el mercado chileno a los comerciantes limeños y a los productores costeños Con estos reveses, sin embargo, la élite limeña ratificó su fidelismo. Otros sectores, en cambio, vieron en esas acciones la ocasión de independizarse de España. Incentivado por estas correrías, el cabildo de Supe se declaró independiente en abril de 1819.
Desembarco de San Martín en Paracas
El ejército expedicionario zarpó de Valparaíso el 20 de agosto de 1820. Lo conformaba 16 navios además de transportes de carga. Los soldados sumaban 4 500 de los cuales la mayoría eran argentinos y el resto chilenos. Llegaron a la bahía de Paracas y luego a Pisco donde San Martín establece su cuartel general disponiendo que Alvarez de Arenales se dirija a la sierra central, subleve al pueblo, organice las guerrillas y obstaculice el aprovisionamiento a Lima. El destacamento español al mando de Manuel Quimper se vio obligado a iniciar la retirada.
La Conferencia de Miraflores
San Martín, a la vez que convocaba al pueblo peruano, tranquilizaba a la aristocracia con planteamientos moderados. Así, optó por la vía del entendimiento con las autoridades españolas. La primera conferencia se desarrolló en Miraflores en setiembre. Hipólito Unanue actuó de secretario de parte del virrey Pezuela.
DATO INFORMANTE: Hipólito Unanue era uno de los principales precursores reformistas, es decir, criticaba el mal gobierno, pero, no quería una ruptura con la dominación colonial.
Principales precursores reformistas y separatistas del Perú
Los realistas y criollos podían estar tranquilos; San Martín no era el «jacobino» que se temía. Los delegados de San Martín plantearon la independencia con una Monarquía Constitucional y los delegados españoles el acatamiento a la constitución liberal de 1812 y que se reconociera al rey de España.
San Martín rechazó atacar la capital a pesar de la insistencia de Cochrane y de otros jefes argentinos. En cambio partía hacia el norte con el respaldo de Cochrane quien dominaba el mar.
La independencia de Guayaquil hizo innecesario que las tropas de San Martín llegasen al norte. Cochrane logró capturar la fragata española Esmeralda el 15 de noviembre de 1820, con lo que afianzó su dominio en el litoral. La misión de Arenales penetró en territorios dominados por los realistas. Pasó por Huamanga al valle del Mantaro y Cerro de Pasco. Organizó fuerzas insurgentes en Tarma con el salteño Francisco de Paula Otero.
El 6 de diciembre cerca de Pasco tuvo lugar el único encuentro con las fuerzas realistas al mando del general O’Reylli. La caballería realista se pasó al bando patriota. La comandaba el coronel Andrés de Santa Cruz.
El motín de Aznapuquio
Las vacilaciones del virrey Pezuela con respecto a las fuerzas insurgentes, las derrotas y el paso del batallón Numancia al bando patriota provocaron malestar entre los generales de su ejército. En la hacienda de Aznapuquio éstos obligaron a renunciar al virrey en favor del general José de la Serna. El virreinato terminaba con un golpe de Estado militar.
Conferencia de Punchauca
La segunda conferencia fue en la hacienda Punchauca, cerca de Lima, el 2 de junio de 1821 y participaron el virrey La Serna y José San Martín.
San Martín volvió a proponer la monarquía constitucional independiente. Inclusive, con enormes e increíbles concesiones adicionales. El virrey no quería abandonar el Perú. Las fuerzas realistas, efectivamente, partieron a la sierra el 6 de julio de 1821 llevándose todos los pertrechos militares. Mientras el Callao quedó al mando del general realista José de La Mar, el virrey La Serna se instaló en el Cusco con amplio apoyo de los sectores criollos del sur.
Proclamación de la Independencia
Apenas se fueron los españoles, San Martín fue recibido en Lima en medio del júbilo popular y recelos de la aristocracia colonial que lo aceptó porque le garantizaba la segundad de sus bienes patrimoniales y de sus vidas, obligada además por las circunstantes a asumir una postura libertaria.
En tales condiciones, la firma del acta por parte de la aristocracia y los ultracolonialistas se produce el 15 de julio y la declaración de la independencia se da el 28 de julio de 1821. Ambas fueron meras formalidades. La verdadera independencia del Perú no se lograría mientras las tropas realistas continuasen dominando las zonas más ricas del país.
El Protectorado de San Martín
El protectorado establecido por San Martín pretendía viabilizar la monarquía. Sus ministros Juan García del Río, (Relaciones Exteriores), Bernardo Monteagudo (Guerra y Marina) e Hipólito Unanue (Hacienda) eran monarquistas poco entusiasmados por llevar a buen termino la guerra.
Mientras se buscaban Europa un príncipe para el trono limeño, en el Perú se estableció la Orden del Sol con miras a tomar un cuerpo de notables para servir de entorno al futuro Rey peruano. Inclusive, en diciembre se declaró la subsistencia de los títulos de Castilla (ahora llamados títulos del Perú y eliminando las referencias a lo «real»). En enero de 1822 se creó la Sociedad Patriótica de Lima. La idea era conservar una aristocracia de origen colonial que apoyase su proyecto político y garantizarse su supervivencia.
Con los reveses indicados, San Martín debió pensar cada vez más en dejar el Perú. El 27 de julio de 1822 se reunió con Bolívar en Guayaquil. En el Perú libre, en tanto, prevalecían las tendencias republicanas. San Martín tuvo que convocar al primer congreso peruano que debía definir el tipo de régimen. Se fortalecían también las tendencias proespañolas.
En Lima ambas corrientes lograron hacer deportar al ministro Monteagudo A su retorno a Lima, en setiembre, San Martín salió del país advirtiendo: «Peruanos: os dejo establecida la representación nacional; si depositáis en ella una entera confianza cantad el triunfo, si no la anarquía os va a devorar».