Con la llegada de Don José de San Martin al Perú y en un afán de los españoles de lograr una negociación de paz con la expedición libertadora, el 2 de junio de 1821, el Virrey José de la Serna y San Martin tuvieron un reunión la cual sería denominado la Conferencia de Punchauca.
San Martín planteó una independencia de tránsito pacífico, con una monarquía constitucional y sin participación popular. En 1817, tras darse cuenta que para asegurar la independencia de América, se debía derrocar al gobierno colonial en el Perú, decide acceder por Chile cruzando los Andes.
Ya en Lima se produce la Conferencia de Miraflores, entre representantes de San Martín y el virrey Pezuela. Esta terminó en fracaso, los realistas pidieron se respete la Constitución de Cádiz.
Desembarco de San Martín y la Conferencia de Miraflores
El motín de Aznapuquio
Las vacilaciones del virrey Pezuela con respecto a las fuerzas insurgentes, las derrotas y el paso del batallón Numancia al bando patriota provocaron malestar entre los generales de su ejército. En la hacienda de Aznapuquio éstos obligaron a renunciar al virrey en favor del general José de la Serna. El virreinato terminaba con un golpe de Estado militar.
Conferencia de Punchauca
La segunda conferencia fue en la hacienda Punchauca, cerca de Lima, el 2 de junio de 1821 y participaron el virrey La Serna y José San Martín.
San Martín volvió a proponer la monarquía constitucional independiente. Inclusive, con enormes e increíbles concesiones adicionales. El virrey no quería abandonar el Perú.
Las fuerzas realistas, efectivamente, partieron a la sierra el 6 de julio de 1821 llevándose todos los pertrechos militares. Mientras el Callao quedó al mando del general realista José de La Mar, el virrey La Serna se instaló en el Cusco con amplio apoyo de los sectores criollos del sur.