La religión influía en todos los aspectos de Mesopotamia, se creía en la supervivencia del alma después de la muerte siendo su recompensa servir a los dioses. Las sociedad de Mesopotamia fueron bastante supersticiosos temiendo a los espíritus malignos.
Religión de Mesopotamia
Su temor a los espíritus malignos los llevo a practicar la magia haciendo uso de conjuros y encantamientos, la adivinación a través de la interpretación de los sueños, el examen de las manos (quiromancia), la astrología, entre otros.
Características
La religión de Mesopotamia fue politeísta y antropomorfista. Las ciudades adoraban a las fuerzas de la naturaleza, casi todas adoraron a las mismas divinidades.
Los mesopotamios veían sus ciudades-Estado como copias terrenales de un modelo y orden divinos. Cada ciudad-Estado era sagrada por ello debía estar relacionada con un dios o una diosa.
Dioses de Mesopotamia
Por lo general, los dioses de Mesopotamia fueron presentados en triadas (grupos de tres dioses) destacando:
- La primera triada: Anu (cielo), Enlil (aire) y Ea (tierra y agua)
- Segunda triada: Sin (luna), Shamash (sol) e Isthar (amor).
Luego, aparecieron nuevos cultos como el de Marduk (dios creador del mundo y de la guerra), establecido por el rey Hammurabi.
Estos dioses fueron considerados como los creadores del cosmos y de la humanidad y eran adorados en los zigurats o templos. A pesar de su inmortalidad se les atribuyeron debilidades emocionales propias de los humanos, siendo capaces de amar, odiar y vengarse, se expresaban a través de los fenómenos naturales.
En la Epopeya de Gilgamesh, se narra la historia de este héroe, rey de Uruk, quien tras, rechazar el amor de Isthar, diosa protectora de la ciudad, sufrirá las consecuencias de su venganza que lo obligará a emprender un viaje fallido para descubrir el secreto de la inmortalidad.
Creación del mundo según Mesopotamia
Una de las teorías del antiguo Cercano Oriente más famosas sobre la creación del universo, es la épica babilónica de la creación conocida como Enuma elish. El Enuma elish cuenta cómo el dios Marduk fue dotado por los otros dioses con un poder absoluto para luchar contra Tiamat, diosa primordial que personificaba las fuerzas del caos acuático. Marduk derrota a Tiamat en la batalla y prosigue a dividirla en dos para crear el universo, una parte se convierte en el cielo y la otra, la tierra con sus pechos por montañas.