A la muerte de Carlomagno (814), le sucede su hijo, Ludovico Pío, quien tendrá que enfrentarse a sus propios hijos Lotario, Luis y Carlos y será derrotado. Con la firma del tratado de Verdún (843) se divide el Imperio en (tres) reinos y se sellaría el fin del Imperio carolingio, ya que el feudalismo fue adquiriendo su mayor apogeo.
Fin del Imperio carolingio
Se debe afirmar que Carlomagno construyó un Estado que tenía fuertes contradicciones que simplemente llevaron a la disolución más allá de la calidad de los gobernantes que le sucedieron a Carlomagno.
El Imperio carolingio no contaba con una cohesión debido a los diferentes grupos étnicos que lo habitaban, las crecientes demandas de una aristocracia imperial que buscaban incrementar su poder, la mayor diferencia entre los nobles y el campesinado a los cuales explotaban y los ataques exteriores que amenazaban las marcas imperiales. Todos estos factores fueron minando al Imperio que no soportó una nueva guerra civil.
Causas del fin del Imperio carolingio
A la muerte de Carlomagno le sucedió su hijo Ludovico Pio (Luis «el Piadoso») (814- 840), quien a pesar de los esfuerzos por reforzar el Imperio no pudo evitar las ambiciones de poder de los grupos aristocráticos. Estos impulsaron el estallido de nuevas guerras civiles que buscaban colocar a algunos de sus hijos en el reparto de beneficios del trono imperial.
Esta conflictiva situación empezó a desbordarse cuando su hijo mayor Lotario fue designado heredero en el titulo imperial. Para evitar conflictos se acudió nuevamente a las prácticas clásicas de sucesión francas de reparto territorial, así se entregó también a sus otros hijos Luis y Pipino y su sobrino Bernardo sendos reinos pero bajo la dependencia de Lotario. Este proyecto sucesorio generó descontentos en especial cuando Ludovico Pio se casó por segunda vez y entregó un reino a su cuarto hijo Carlos.
Tratado de Verdún
Los hijos mayores rechazaron a su hermanastro Carlos y se rebelaron, incluso llegaron a hacer prisionero a su padre en el 831. La muerte de Pipino y luego la de Luis «el Piadoso» en el 840 y tras una guerra civil que no dio ningún vencedor los hermanos que quedaron decidieron repartirse el Imperio en el Tratado de Verdún del año 843. Carlos «el Calvo» recibió Francia Occidental y la marca Hispánica. A Luis «el Germánico» se le entregó las regiones de lo que hoy son Alemania y Austria. A Lotario le tocó Lotaringia que fue el territorio de mayor extensión, era una franja que iba desde el Mar del Norte hasta los Estados Pontificios (toda Italia) y una parte considerable de la Francia actual, sobre todo la cuenca del Ródano.
Consecuencias
El Tratado de Verdún tuvo como consecuencia el fin del Imperio carolingio, la inevitable disgregación se tradujo en la creación de varios reinos soberanos (Francia, Borgoña, Carintia, Provenza, Italia).
Cada parte de los reinos se fue fragmentando por acción de la nobleza terrateniente, debilitándose el poder central de los reyes. La fragmentación permitió el establecimiento de un sistema económico, político y social en Europa llamado Feudalismo. Este surgió debido a que al no existir un poder central y la falta de autoridad y defensa la población decidiera adscribirse a la protección de un señor feudal.
¡Resumen histórico!
En el año 843 se firmó el Tratado de Verdún, por el cual se repartieron las tierras del Imperio de la siguiente manera:
- A Carlos el Calvo, el Gobierno de la Galia, Francia.
- A Luis el Germánico, el Gobierno de Germania, Austria y Alemania.
- A Lotario, el norte de Italia y una franja entre las fronteras de Francia y Alemania. (este territorio se llamaría, por ello, Lotaringia).
- Lotario conservó el título de Emperador, y muerto, en 855, sus hijos se repartieron sus Estados, aunque muertos luego estos, y sin descendencia, los tíos Carlos y Luis se repartirán los territorios (Tratado de Mersen, 870).
- 887: Separación de las dos nacionalidades: Alemania y Francia.
- 901: Se extingue la monarquía germánica.
- 987: Se extingue la monarquía carolingia.