La Primera Guerra Mundial (1914-1918) tuvo un importante componente marítimo. En términos generales, las facetas de la Guerra marítima incluyen la Batalla de Jutlandia, el bloqueo naval británico a Alemania, la guerra de submarinos con los U-Boats alemanes, y el sistema de convoyes para proteger el transporte marítimo.
Guerra marítima de la Primera Guerra Mundial
Guerra Naval
Inglaterra declaró el 3 de noviembre de 1914 el bloqueo económico a Alemania en el Mar del Norte, medida que también se extendió a los otros países del bloque enemigo como a una serie de países que, hasta ese momento habían logrado mantenerse neutrales. Con ello se buscaba hostigar el comercio y la navegación de Alemania y sus aliados, los cuales buscaban apoyarse tanto en el intercambio con otros países como con sus colonias.
Así fue perdiendo diversas naves mercantes las cuales cayeron capturadas o hundidas afectando seriamente su economía. Esta Guerra Naval se caracterizó por sus combates aislados, la superioridad de la flota inglesa y el temor de Alemania de perder su armada. La flota alemana fue derrotada y prácticamente liquidada por la inglesa frente a las islas Falkland (Islas Malvinas, Argentina) en 1914 y en la Península de Jutlandia (costas de Dinamarca) en 1916.
Guerra Submarina
Alemania en represalia empleó la Guerra Submarina declarando como objetivo militar todo navío mercante aliado y principalmente inglés, aunque también se atacó naves neutrales. Los ingleses respondieron agudizando el bloqueo a los puertos alemanes, todo ello hizo muy peligroso la actividad mercantil marítima. La flota aliada y principalmente la inglesa sufrió importantes bajas, aunque esta nueva forma de combate brindó a Estados Unidos la oportunidad de incrementar su comercio marítimo al convertirse en el más importante proveedor de los aliados, pero también le hizo pensar en la posibilidad de intervenir en la contienda debido al debilitamiento que iba teniendo la economía alemana.
El 4 de febrero de 1915 un submarino alemán hundía el trasatlántico ingles Lusitania muriendo 1.200 pasajeros entre los que había 139 estadounidenses. Alemania declaró en 1917 la Guerra Submarina sin ningún tipo de restricciones, advirtiendo que todo barco que llevase mercancías a sus enemigos seria atacado. Así la agudización de la Guerra Submarina que conllevó al hundimiento de nuevas naves como el Vigilenia, los obstáculos a la actividad mercante y la interceptación del Telegrama Zimmermann por los ingleses (Alemania planteaba la alianza con México contra los norteamericanos a cambio recuperaría los territorios perdidos en la guerra con estos) hicieron que en 1917 EE.UU. declare la guerra a Alemania.