Ya sea en tiempos de guerra o en ausencia de ella, las terribles consecuencias del ataque del 11 de septiembre para sus víctimas y sobrevivientes siguen siendo las mismas: mortales y traumáticas.
Reflexiones sobre el ataque del 11 se septiembre
Fue un día de ajuste de cuentas mundial. El 11 de septiembre de 2001, el mundo entero se convirtió en testigo del mal más oscuro, así como del bien más alto que el hombre era capaz de hacer. Ese día, fue como si el tiempo se hubiera detenido y todo se hubiera paralizado. Fue un momento en el que la mayoría de las personas comenzaron a reflexionar sobre sus vidas y cómo vivían, individual y colectivamente, como seres humanos.
En medio de los escombros de hormigón y el hedor de la muerte, personas de todos los ámbitos de la vida se unieron para darse una mano. Cada uno vino a aportar sus habilidades para salvar a los atrapados y heridos; Todos trabajaron juntos con un corazón que quería brindar consuelo en un momento de gran crisis para la gente de Nueva York y el resto de los Estados Unidos. Sin embargo, los gritos de conmoción y protesta contra ese acto de terrorismo resonaron en diferentes países del mundo. Fue un momento decisivo en la historia moderna, un punto de inflexión en la guerra en curso contra el terrorismo.
Recuerdos de la tragedia
Los eventos del 11 de septiembre, que recuerdan los horrores del holocausto durante la Segunda Guerra Mundial y la devastación causada por la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, han sido registrados como uno de los desastres provocados por el hombre más destructivos del siglo XXI.
Seguramente, incluso los incidentes de escala relativamente menor producen el mismo tipo de dolor y sensación de pérdida. Día tras día, otras tragedias le suceden a personas en todo el mundo, las 24 horas del día. Accidentes de tráfico, secuestros, robos, violaciones, huracanes y otros desastres naturales traen muerte y destrucción. Los trágicos atentados del 11 de septiembre en el World Trade Center generaron una amplia cobertura mediática en todo el mundo. Millones de espectadores que no tenían una relación estrecha con ninguna de las víctimas sintieron una gran sensación de pérdida, miedo, ira, sorpresa, conmoción e incredulidad.
El inevitable trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Quienes escaparon y sobrevivieron al derrumbe del World Trade Center tenían cicatrices en el cuerpo y en su interior. Muchos de los supervivientes, incluidas sus familias, sufren ahora el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Se trata de un tipo de trastorno de ansiedad que se adquiere cuando una persona sufre una experiencia que pone en peligro su vida o un acontecimiento muy traumático. Las personas con TEPT sufren un ataque de ansiedad cada vez que recuerdan el incidente traumático. Algunos de los síntomas del TEPT incluyen la sensación de que la historia se repite, problemas de sueño como insomnio, pesadillas, sensación de aislamiento, agitación o irritabilidad e incluso culpa.
Muchos pacientes con TEPT afirman que siempre sienten y piensan que el trágico acontecimiento está sucediendo de nuevo. Estos recuerdos dolorosos se denominan flashbacks y pueden consistir en imágenes, sonidos, olores o sentimientos que pueden desencadenarse incluso por las cosas más comunes. Una persona que tiene un flashback puede perder el contacto con la realidad y creer que el incidente traumático está sucediendo de nuevo. La ansiedad puede ser muy angustiante y podría conducir a otro ataque de pánico. El TEPT generalmente ocurre aproximadamente tres semanas después del incidente traumático. En algunos casos, los signos de TEPT pueden retrasarse y solo comenzarían a aparecer después de un par de años.
El insomnio o tener algunos problemas para conciliar el sueño pueden deberse a sentimientos preocupantes o no resueltos sobre el trágico evento. Las pesadillas pueden estar relacionadas con la misma experiencia traumática o pueden ser cualquier cosa que sea aterradora y amenazante para la persona. Los sobrevivientes del ataque terrorista del 11 de septiembre pueden incluso desarrollar un sentimiento de aislamiento caracterizado por no sentirse cerca de las personas. Es similar a la sociofobia en el sentido de que existe miedo a estar con extraños y, a veces, incluso con sus propios seres queridos. Las personas que experimentan TEPT son muy irritables y se enojan incluso con la más mínima provocación. La culpa persigue a las personas con TEPT. Se sienten culpables por haber sobrevivido a la tragedia mientras que otros no lo hicieron. Sienten una culpa irracional por haber podido hacer algo por otros que estuvieron en la misma tragedia, o se culpan a sí mismos por ser la causa del incidente o accidente.
Los medicamentos contra la ansiedad pueden ayudar a las personas con TEPT a sentirse menos asustadas y tensas. Pueden pasar semanas antes de que experimenten sus beneficios médicos completos. Consultar con especialistas en atención médica y un consejero para recibir terapia puede ser de gran ayuda.
Es importante que mantener fuertes lazos familiares y otras relaciones. Necesitamos rodearnos de personas que siempre estén ahí para tranquilizarnos, afirmarnos y consolarnos en los momentos de grandes desafíos de la vida. Las personas que sufren TEPT necesitan mucha tranquilidad, consuelo y aliento. Los sobrevivientes del 11 de septiembre, así como otras personas que sufren TEPT, necesitan suficiente tiempo para “pensar en ello” a fin de sanar las heridas y los dolores de sus trágicos recuerdos.