Los umbrales sensoriales nos ayudan a entender cómo percibimos el mundo que nos rodea. Establecen las bases para investigar cómo diferentes estímulos son detectados y cómo las variaciones en la intensidad afectan nuestra experiencia sensorial.
¿Qué son los umbrales sensoriales?
Los umbrales sensoriales son los niveles mínimos de intensidad que un estímulo debe alcanzar para ser percibido por los sentidos. Son fundamentales para entender la percepción humana. Nos ayudan a estudiar cómo diferentes factores, como la adaptación sensorial y la atención, afectan nuestra capacidad para detectar y distinguir estímulos en el entorno. Estos conceptos son ampliamente utilizados en psicología, neurociencia y áreas relacionadas, como la ergonomía y el diseño de productos.
Tipos de umbrales sensoriales
Uno de los propósitos clave de la psicofísica es identificar la intensidad mínima que debe alcanzar un estímulo para provocar una sensación, conocido como el umbral. Este umbral se define como la intensidad mínima necesaria para que un estímulo físico genere una respuesta sensorial.
Los umbrales sensoriales se utilizan para entender cómo respondemos a diferentes estímulos y se dividen principalmente en dos tipos:
a) Umbral absoluto:
El umbral absoluto es el nivel mínimo de un estímulo que puede ser percibido. Marca la frontera entre la percepción y la no percepción. La existencia de un umbral absoluto implica que hay una estimulación constante que permite la detección.
b) Umbral diferencial:
El umbral diferencial se relaciona con la capacidad de distinguir entre dos estímulos. Por ejemplo, si se tienen dos rebanadas de pastel, el umbral diferencial sería la diferencia mínima de tamaño que se necesita para notar cuál es más grande. Esta diferencia mínima es conocida como diferencia apenas perceptible (DAP). Cuando se percibe una DAP entre dos estímulos, se ha cruzado el umbral diferencial. Este umbral se define como la menor diferencia en intensidad necesaria para discernir entre dos estímulos. En este contexto, no hay un punto cero en la experiencia sensorial; más bien, se observa un fenómeno llamado adaptación sensorial.
Adaptación sensorial
La adaptación sensorial se refiere a la disminución de la respuesta de los receptores sensoriales ante una estimulación continua, lo que conlleva una reducción en la frecuencia de los impulsos neuronales. Por ejemplo, al sumergir una mano en agua fría y otra en agua caliente durante uno o dos minutos, eventualmente la percepción de la temperatura se iguala, y al introducir ambas manos en agua tibia, esta puede sentirse fría para una mano y caliente para la otra. Este fenómeno ilustra cómo la percepción puede cambiar en función de la adaptación a estímulos constantes.