En la época de la Ilustración, diversos economistas desempeñaron un papel fundamental en la evolución del pensamiento económico. Estos intelectuales establecieron los cimientos de la economía contemporánea y contribuyeron con conceptos que continúan impactando la teoría económica actual.
Economistas representantes de la Ilustración
Entre los economistas más influyentes de la Ilustración se encuentran:
Escuela Económica Fisiocrática Francesa:
François Quesnay (1694-1774): En Fisiocracia o Gobierno de la naturaleza sostuvo que la única fuente de riqueza era la tierra debiéndose fomentar por ello principalmente la agricultura ya que el comercio y la industria eran subsidiarias de ella. Los metales eran sólo signos representativos de la riqueza, pues ésta depende de la libertad económica que tenga un Estado.
El retorno a la tierra debía ir acompañado de libertad económica y garantía de la propiedad y de la supresión de los monopolios y los reglamentos comerciales que obstaculizaban el desarrollo «natural» de la producción y de la circulación de mercancías.
Jean-Claude Marie Vicent de Gournay (1712-1759): Discípulo de Quesnay agregó que había otra fuente de riqueza, la industria, por ello reclamó su libre desarrollo en su máxima «laissez faire, laissez passer» (dejar hacer, dejar pasar), reduciendo la participación del Estado.
En síntesis podemos señalar que el fisiocratismo plantea la necesidad de abandonar las políticas proteccionistas propias del mercantilismo aplicado por los gobiernos de entonces.
Escuela Liberal Inglesa:
Adam Smith (1723-1790): Es considerado el padre de la moderna economía política, escribió La riqueza de las naciones (1776). Sostuvo que la única fuente de la riqueza es el trabajo que debe desarrollarse en libertad, planteó la supresión de trabas a toda actividad económica. Destacó la importancia de la agricultura, ganadería, industria y comercio, no obstante puso mayor énfasis en la industria. También destacó la acción del mercado que regulaba las relaciones sociales y las actividades económicas a través de una especie de «mano invisible».