Los padres de un niño asmático a menudo se sienten impotentes para ayudar. Este artículo analiza los signos del asma infantil, la mejor forma de administrar medicamentos y qué hacer durante un ataque de asma.
3 consejos para ayudar a un niño asmático
El primer paso y el más importante que debe dar es decidir hacerse cargo del asma de su hijo. Los padres de niños asmáticos sufren una serie de sentimientos contradictorios. El más fuerte es la preocupación natural por su hijo. ¿Le está dando el mejor tratamiento o hay algo en lo que no ha pensado o de lo que no es consciente? Luego están las dudas sobre si es demasiado o poco protector. Si tienen hermanos no asmáticos, ¿trata a todos sus hijos por igual? Quizás exista cierta culpa de que el asma puede haber sido hereditario y es su culpa que su hijo tenga la enfermedad.
Tomemos el control de la situación y disipemos este mito de inmediato. No se lo ha transmitido a su hijo. No es culpa de nadie ni un juicio de ningún tipo, como tampoco es una habilidad heredada que hace que alguien tenga más probabilidades de ser bueno en los deportes o en el canto. También puede hacerse cargo educándose sobre la enfermedad. No pierda el tiempo preocupándose si existen mejores tratamientos o medicamentos para su hijo. Infórmese. Utilice la profesión médica, la biblioteca e Internet. La mejor receta es el conocimiento.
El siguiente paso es estar al tanto de la salud de su hijo. Un problema de tener un hijo enfermo es su incapacidad para explicar claramente cómo se siente. Un niño asmático puede no acudir a usted en mitad de la noche y mencionar que tiene dificultad para respirar o tos persistente. En cambio, puede dejar que su enfermedad empeore hasta que sus pulmones se hayan expandido lo suficiente como para empezar a presionar su estómago. En ese momento, puede mencionar que se siente enfermo.
Algunos niños simplemente descansan cuando se les dificulta la respiración y nunca mencionan que se sienten sin aliento.
Si sospecha que su hijo puede tener asma, probablemente conozca los signos clásicos que debe buscar: tos, sibilancia, falta de aire, cambios en el color de la piel, las uñas o los labios y opresión en el pecho. Pero también tenga en cuenta que hay otros signos que sugieren que puede haber un problema: náuseas, letargo y falta de apetito. Observe también si su hijo tiene que encorvarse hacia adelante al exhalar si siente que le falta el aire.
Si es posible, observe la respiración de su hijo mientras duerme. Esto le permitirá ver cómo respira cuando está relajado. Entonces podrá saber cuándo su respiración se vuelve dificultosa.
A continuación, asegúrese de que su hijo tome correctamente los medicamentos inhalados. Muchos medicamentos para el asma se administran mediante inhaladores y, a menudo, es difícil para un niño comprender y realizar la secuencia necesaria de respiraciones para tomar estos medicamentos. ¿Cuánto tiempo tardó su hijo en aprender a sonarse la nariz correctamente? Conozco a un niño que insistía en contener la respiración mientras mantenía los labios firmemente juntos mientras respiraba por la nariz. Muchos niños sienten que no pueden contener la respiración durante el intervalo necesario y terminan jadeando dramáticamente. Si su hijo asmático tiene que tomar medicamentos a través de un inhalador de dosis medida, a menudo es mejor usarlo con un espaciador o una cámara de aire.
Debe estar preparado para un ataque de asma. Sepa qué hacer. Si su hijo sufre un ataque de asma, mantenga la calma y resista la tentación de abrazarlo. Aunque esto es perfectamente natural, le oprimirá el pecho y le dificultará la respiración.
Si lleva a su hijo a urgencias o al médico mientras tiene un ataque de asma, debe abrocharlo en su asiento infantil. No lo sujete. Imagine lo que sucedería si hubiera un accidente.
Para tratar el asma de manera efectiva, debe comprender la enfermedad y comprender a su hijo. Puede sentirse tentado a dejar que su médico tome todas las decisiones, pero hay mucho más que puede hacer que simplemente administrar medicamentos. Puede mejorar la condición haciendo cambios en el entorno del hogar, en la dieta de su hijo, en la forma en que respira y en el ejercicio que hace. Cuanto más sepa sobre el asma, más eficazmente podrá controlarla.
