Lastimar a nuestros seres queridos es una experiencia compleja y dolorosa, y aunque no siempre es intencional, hay varias razones por las cuales esto puede suceder.
¿Por qué lastimamos a nuestros seres queridos?
Un persona que dice amar nunca puede lastimar a su ser amado. El amor exige que cuides al máximo a tu ser amado. Te preocupas por sus sentimientos. Lo haces sentir lo más cómodo posible. Lo mantienes lo más feliz posible. Lo ayudas a cumplir sus sueños. Lo animas durante los momentos difíciles y siempre estás ahí para él. Si no haces esto, no habrá nada que se pueda llamar amor. La definición de amor incluye las cualidades que mencioné.
Ruptura de relaciones
Esto sucede. En muchas relaciones sucede a lo largo de la vida. Esas parejas no necesitan preocuparse por saber acerca del cielo. Su hogar es el cielo. Pero en algunas relaciones, si un amante desea separarse por cualquier razón, incluso por sentirse tratado injustamente, los resultados serán desgarradores.
Veamos qué sucederá. Cuando la persona que desea separarse recuerde todas las inversiones que hizo por el amor, sentirá que todo se ha desperdiciado. Todos mis sacrificios son en vano. Hice tanto durante muchos años, ¿y ahora cuál es el resultado? Esta frustración y enojo se dirigen hacia la pareja. En ese momento, el amante que se está separando olvida que le sucederá algo peor a quien dejará. Solo pensamientos egoístas ocupan la mente.
La tragedia del amor
Esta es la tragedia de ese tipo de amor. El que se queda atrás podría haber hecho más sacrificios y haber dado mucho más por amor. Se desconcierta al pensar por qué está ocurriendo esta ruptura. Es como un terremoto repentino.
Si amas a alguien, ¿por qué lastimarlo?
Lastimar a nuestros seres queridos no suele ser una acción deliberada, sino el resultado de una combinación de emociones mal gestionadas, patrones aprendidos, inseguridades y falta de comunicación o empatía. Sin embargo, lo importante es reconocer el dolor que causamos, asumir la responsabilidad de nuestras acciones y trabajar en sanarnos a nosotros mismos para poder construir relaciones más saludables y amorosas. Las heridas son parte de la experiencia humana, pero la sanación y el perdón son posibles cuando nos comprometemos a crecer y mejorar.