La sociedad colonial estaba caracterizada por ser elitista y tripartita. Además, según relatan los historiadores, tres fueron los criterios del ordenamiento social de la sociedad virreinal: raza, estatus jurídico y riquezas.
Dominada por los grandes propietarios, esta sociedad era compleja en su composición. A los factores netamente económicos de ordenamiento se unieron elementos étnicos y culturales.
División de la sociedad virreinal
La composición social del virreinato fue de tipo tripartita y notablemente marcada en dos repúblicas, la de indios y la de españoles.
En el caso de la República de indígenas podemos observar dos grupos bien diferenciados: los indios de la nobleza, caciques o miembros de panacas reales que mantendrían su status y los indios de cédula o del común. En el caso de los españoles, tenemos a los chapetones y criollos, diferenciados por el lugar de nacimiento, así mismo tenemos el último grupo, los esclavos, quienes ponían ser comprados y vendidos sin ningún problema.
República de españoles y República de indios
Los españoles luego de derrotar la antigua estructura incaica y al tener que escogerse una forma de gobierno consideraron lógico crear una República de Indios, dado que eran nuevos en la fe. Esta organización diferente a la ya existente, República de españoles, era necesaria porque los indios vivían en el paganismo. De ahí que era conveniente adoctrinarlos y convertirlos al modelo occidental, es decir, a vivir en una convivencia «más pacífica».
La República de Indios será materializada en las llamadas reducciones indígenas donde serían vigilados y vivirán en el modelo occidental, es decir, en el de la República de españoles, aprendiendo a vivir en familia, propiedad y orden.
En fin de cuentas era integrar las dos repúblicas en forma separada. O vivir separados pero necesitarse el uno al otro con la dirección de los españoles, dentro del estado monárquico español.
Organizar estas dos realidades, social y racial, significó aplicar un conjunto de ideas jurídico-teológicas referentes a la sociedad, cristalizadas en el concepto de cuerpo de República, basadas en las doctrinas de Platón, Aristóteles, Plutarco y otros.
Esclavos
El grupo de los esclavos era conformado por la población de ascendencia africana, se concentraron en la costa trabajando como peones en las haciendas, artesanos, vendedores ambulantes y sirvientes domésticos.
La población negra llegó al Perú con la conquista. Desde que en el siglo XVI se prohibió esclavizar a los indios (salvo a los indios rebeldes), los únicos esclavos fueron de raza negra. Se ubicaron principalmente en la costa debido a la localización de las plantaciones y ciudades, donde trabajaban en casas particulares. Los esclavos fugitivos o cimarrones formaron refugios o “palenques” dedicándose al bandolerismo.
Castas
La sociedad colonial se dividió en «castas» o razas. En esos tiempos, era relevante pertenecer a las razas puras (sin mezcla); blanca, india o negra, pues eran consideradas «mejores» que los mestizos.
La castas surgen de la combinación de los distintos grupos raciales, vivían bajo el prejuicio de la ilegitimidad.
La clasificación de los mestizos se dio de la siguiente manera:
- Mestizos: blanco + indio
- Zambos: negro + indio
- Mulatos: negro + blanco
- Castizo: mestizo + español.
Criterios de la sociedad colonial
Tres fueron los criterios del ordenamiento social:
La raza
Al ser una sociedad colonial, el factor raza, o casta como le decían los contemporáneos, jugó un papel muy Importante. Debido al providencialismo (voluntad divina) de la ideología colonial, se asumía que las personas cumplían roles específicos.
A la raza blanca se le reservaba tareas de conducción política, económica y cultural. A los de las demás razas, más bien, la función de trabajar para los primeros. Los primeros eran la cabeza del cuerpo social; los demás eran los brazos.
Para el caso de los indios, si bien debía pagar tributo y cubrir los turnos de las mitas, el indio pertenecía a una «república» aparte. Esto quiere decir que se sometía a las llamadas Leyes de Indias que podían favorecerlo en alguna medida. También podía resultar importante ser considerado mestizo para no pagar tributo ni imitar.
El estatus jurídico
El segundo factor era de carácter jurídico. Los miembros de la sociedad virreinal estaban clasificados en nobles y plebeyos. Es decir, la posesión de un título de la nobleza (duque, marques, conde, varón o simplemente hidalgo) otorgaba un status especial en la sociedad.
Se reconoció a la nobleza aborigen su rango mobiliario. El resto era plebeyo. El noble por definición era un hombre trabajador a un cuando no trabajase, y se le atribuía todas las virtudes posibles. El plebeyo, por su lado, era considerado un personaje que buscaba evitar el trabajo aun cuando fuese precisamente el trabajador que mantenía al noble y se le atribuían todos los defectos posibles.
La Riqueza
El tercer factor fue el económico. Éste fue el factor más importante pues al fin de cuentas las personas de raza indígena, mestiza o negra que poseían dinero se mezclaban entre los de mejor suerte social. Podían comprar con dinero una carta de «limpieza de sangre» que legalmente los acreditaba como blancos «por los cuatro costados» (abuelos) pese a las evidencias en contra. Asimismo, podían comprar títulos nobiliarios y anteponer a sus nombres la partícula «don» que son las iniciales de la expresión «de origen noble».