Hoy en día existe una tendencia que fomenta mayormente las prácticas para mantener un cuerpo sano, dejando el «cuidar tu mente» en segundo lugar. Aun así, las enfermedades mentales son una realidad y no son pocos los que padecen afecciones que involucran la mente y el alma. Hay una cosa más importante que decir por parte de la salud mental: no se puede mantener un cuerpo sano sin una mente sana.
¡Es importante cuidar tu mente!
Una dificultad que se encuentra a menudo cuando se trata de enfermedades mentales consiste en la falta de síntomas muy claros. Cuando sufrimos una dolencia física, muchas veces nos enfrentamos a todo tipo de signos. Sabemos que si algo nos duele debemos acudir al médico o hacernos un reconocimiento médico. Pero cuando nos duele el alma, las cosas no son tan sencillas. Aun así, sentirnos tristes o deprimidos durante días puede ser una señal de alarma, sobre todo si no existen motivos por los que debamos sentirnos así.
La depresión es una de las dolencias mentales más extendidas. Darle la atención adecuada es la mejor decisión. Tomar medicación bajo supervisión médica y seguir un estilo de vida saludable puede suponer mejoras notables en la salud mental del paciente.
Otras enfermedades mentales muy comunes son las fobias. Hay muchos tipos de fobia, algunas más graves, otras menos. Una fobia consiste en un miedo irracional relacionado incluso con las cosas menos pensadas. Algunas personas temen los espacios abiertos; otros no pueden entrar en un ascensor. El miedo a las multitudes, el miedo a las arañas y el miedo a conducir son sólo ejemplos de fobias.
Algunas personas pueden vivir con fobias sin interrumpir su vida, mientras que otras pueden llegar al punto de ser incapaces de interactuar con otros seres humanos o llevar una vida sana. Afortunadamente, las fobias se pueden tratar con medicamentos y terapia.
La mayoría de las veces, el papel de notar que una persona sufre depresión u otras enfermedades mentales pertenece a la familia. El hombre o la mujer afligidos pueden desarrollar algunos hábitos extraños, como comer demasiado o muy poco, dormir desorganizadamente o tener arrebatos de ira cuando menos se lo espera. En tales casos, los familiares deben llevar al paciente al médico para que tome la medicación adecuada y viva una vida sana como todos los demás.
La persona que sufre puede responder de manera diferente a los tratamientos. El médico podrá probar diferentes medicamentos hasta descubrir cuál es el mejor para el paciente. Después de eso, las cosas se aclaran y el paciente puede disfrutar de una vida más saludable.
Además, los familiares del paciente deben trabajar con el médico para asegurarle al enfermo un ambiente adecuado para recuperarse. La familia puede proporcionar al hombre o mujer que sufre el cuidado y la comprensión adecuados durante el tratamiento. Debido a que algunas de las enfermedades implican tratamientos y terapias prolongados, el apoyo y el amor de la familia son muy importantes para el paciente.
La persona afectada puede afrontar mejor la dolencia cuando se siente rodeada de amigos y familiares cariñosos y afectuosos. Como las enfermedades mentales pertenecen a la mente y al alma, dentro está la fuerza para superarlas y eso sólo se puede hacer en un ambiente amigable y de apoyo.
Cuidar tu mente es tan importante como mantener el cuerpo en forma.