Con la batalla de Huamachuco llega el final de la campaña de la Breña y de la Guerra del Pacífico. Este enfrentamiento se llevó a cabo en el norte de la sierra del Perú, en el departamento de la Libertad.
Resistencia en la Sierra
La resistencia en la Sierra, más conocida como la «Campaña de la Breña», estaba basada en una guerra de guerrillas, aunque también existieron diferentes fracciones peruanas que lucharon contra los chilenos, a favor de ellos y a veces entre las mismas fracciones. La resistencia fue dirigida por Andrés Avelino Cáceres, el Brujo de los Andes.
Durante la resistencia en la sierra en 1882-1883 se libraron al rededor de cuatro batallas: Pucará (febrero, 1882); Marcavalle (julio, 1882); Concepción (julio, 1882); San Pablo (julio, 1882) y Huamachuco (julio, 1883).
Batalla de Huamachuco
Luego de la batalla de San Pablo, el coronel peruano Miguel Iglesias emite un comunicado, llamado el Grito de Montán, donde proclamaba el deseo de terminar la guerra y lograr la paz con Chile, aún a sabiendas de ceder territorios peruanos.
El general Andrés Avelino Cáceres, optó por no aceptar tal proclama. Al año siguiente, Miguel Iglesias se proclamó Presidente Regenerador del Perú. El jefe del ejército chileno, Patricio Lynch, recibió la orden de apoyar Iglesias.
Andrés Avelino Cáceres se encontraba armando tropas en la sierra central, luego de un tiempo decidió enviar militares hacia el norte del país para sacar del gobierno a Iglesias. Entonces, Lynch al ser aliado de Iglesias decidió atacar y acabar con las guerrillas de Cáceres.
Lynch envió a su coronel Alejandro Gorostiaga. Andrés Avelino Cáceres en vez de irse hacia Santiago de Chuco, se desvió hacia Huamachuco (departamento de La libertad). El 10 de julio de 1883, Cáceres y Gorostiaga se enfrentaron en las alturas del cerro Sazón. En esta batalla de Huamachuco las tropas peruanas estuvieron en desventaja en cuanto a hombres y armas. Aun así, combatieron con mucho pundonor y estuvieron a punto de ganar la batalla, pero los chilenos atacaron ferozmente con bayonetazos al ejército de Andrés Avelino Cáceres. Tras la derrota, Cáceres se retiró hasta el Mantaro y Ayacucho a reorganizar sus fuerzas.