Martín Lutero fue un hombre que trascendió en la historia de la humanidad, a través Las 95 tesis sentó las bases de diversas corrientes religiosas que permanecen hasta la actualidad.
¿Quién fue Martín Lutero?
Es en el ambiente de ostentación, corrupción y critica que atravesaba la Iglesia católica, que Martin Lutero (1483-1546), un monje agustino y profesor de teología de la Universidad de Wittenberg, inicia su labor académica de búsqueda de fuentes con lo que llegó a descubrir el significado de varios de los principios teológicos del cristianismo en textos como las Epístolas de San Pablo y las obras de San Agustín.
Llegando a la conclusión que la Iglesia católica había dejado de lado varias verdades fundamentales del cristianismo enseñadas en la Biblia, anteponiendo dogmas y doctrinas creadas por la jerarquía y los teólogos a lo largo de los siglos.
Postulados de Lutero
Sus planteamientos críticos fueron difundidos en las aulas de la Universidad de Wittenberg, pero ante la exagerada venta de indulgencias, encabezada por el fraile Johan Tetzel en esa zona de Alemania, para conseguir dinero y continuar las obras de la Basílica de San Pedro en Roma, Lutero tomó la decisión de iniciar un debate público resumiendo sus postulados críticos a las indulgencias en un documento de fácil lectura y redactado en alemán.
Las 95 tesis
Este documento Las 95 tesis fueron expuestas el 31 de octubre de 1517 en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg, de la que Lutero era párroco. Este documento buscó generar un debate acerca de la naturaleza y la validez teológica de las indulgencias, pero sin cuestionar la autoridad de la Iglesia o del Papa.
Martín Lutero por medio de documento buscó generar un debate acerca de la naturaleza y la validez teológica de las indulgencias, pero sin cuestionar la autoridad de la Iglesia o del Papa.
¿Cuáles fueron los postulados que planteó?
Los planteamientos de Martín Lutero pueden resumirse en:
Justificación por la fe
Sostuvo que una de las verdades dejadas de lado fue la doctrina de la justificación por la fe, por la que la salvación es un regalo de Dios, entregado por la gracia divina mediante la intercepción de Cristo y recibido solamente por la fe del cristiano. Es decir, el pecado original corrompe al hombre y que su voluntad humana es impotente frente a su inclinación al mal, por ello afirmó que uno sólo se salvará mediante la fe en Cristo, eliminando así uno de los principios básicos de la doctrina católica, que era la valoración de las obras exteriores del hombre como manera de justificarse ante Dios.
Libre examen o interpretación libre de la Biblia
La Biblia es considerada como la única fuente de revelación de la fe en la que el individuo es iluminado directamente por el Espíritu Santo. Por ello no necesita ser interpretada por autoridad eclesiástica, es accesible a toda persona de buena voluntad, la interpretan según su conciencia. Así negó el valor de la tradición de la Iglesia originando una multiplicidad de sectas religiosas derivadas de luteranismo.
Sacramentos quedaban reducidos a dos
Reconoció solamente el bautismo y la eucaristía, siendo considerados innecesarios todos los demás sacramentos. El primero fue visto como el ingreso del creyente a la comunidad cristiana mientras que el segundo fue entendido como una celebración del sacrificio realizado por Jesús. Además de esto suprimió el culto a la Virgen y a los santos los cuales eran vistos como incapaces de otorgar la salvación, así como la creencia en el purgatorio sólo aceptó la existencia del cielo y el infierno.
Supresión de toda ostentación en los templos
Desapareciendo las imágenes, la liturgia se simplifica. Lutero realizó la primera traducción de la Biblia del latín al alemán. Además quedaron suprimidos la jerarquía y el celibato eclesiásticos.
Dieta de Augsburgo
Como producto del debate iniciado Lutero fue presionado para retractarse y asistir a la Dieta de Augsburgo, pero rehusó a hacerlo y peor aún cuestionó la infalibilidad papal en 1519, sin ser sometido a disciplina y arresto gracias al apoyo del príncipe Federico de Sajonia, quien lo apoyo siempre incluso frente a las órdenes del mismo emperador Carlos V. Mientras que sus seguidores predicaban libremente en varias zonas de Alemania y Suiza, usando sus escritos cada vez más alejados de los dogmas oficiales de la Iglesia, en especial su libro La libertad de un cristiano publicado el 20 de noviembre de 1520, considerado como su obra fundamental.
Excomulgación de Lutero
El soberano alemán organizó la Dieta de Worms en 1521 para intentar reintegrar a Lutero y sus seguidores a la autoridad papal. Al no retractarse Lutero fue excomulgado, expulsado del imperio y sus textos prohibidos, pero con el apoyo de varios nobles alemanes, encabezados por el Príncipe de Sajonia, se refugió en la Fortaleza de Wartburg, iniciando la traducción de la Biblia al alemán publicándola en setiembre de 1522. Muchos nobles alemanes apoyaron a Martín Lutero y sus ideas como un medio licito de apropiarse de las riquezas de la Iglesia.
Expansión de la Reforma protestante
En 1529 Carlos V convocó a la Dieta de Spira para convencer a los nobles alemanes, convertidos al luteranismo, volver a la autoridad papal. Pero los príncipes y la nobleza luterana se negaron y protestaron ante el Emperador y los enviados de Roma. Es por ello que los seguidores de Lutero fueron llamados protestantes por los católicos.
Al año siguiente, 1530, el Emperador convocó a otra Dieta, la de Augsburgo, para unificar la Iglesia en Alemania, invitando al mismo Lutero, quien mandó en su lugar a su discípulo Philipp Melanchton, que redactó en colaboración con Lutero el documento llamado la Confesión de Augsburgo para ser presentada en dicha Dieta, que resumió todos los principios del doctrina luterana, con lo que se negaban a cualquier acercamiento a la Iglesia católica.
Guerras de Religión
Carlos V decidió iniciar una campaña militar para reprimir a los protestantes que se habían agrupado en la Liga de Esmalcalda, mientras que los católicos se agrupaban en la Liga de Nüremberg, estallando las llamadas Guerras de Religión.
Las fuerzas católicas derrotaron a las protestantes en la batalla de Mühlberg, 1547, pero los protestantes no dejaron su prédica, se reagruparon e iniciaron una contraofensiva que obligó al Emperador a refugiarse en Italia y aceptar las condiciones de los rebeldes firmando la Paz de Augsburgo en 1555, aprobando la libertad religiosa en Alemania, aunque no fue individual, sino supeditada a la voluntad de los príncipes, además las propiedades de la Iglesia se secularizaban pasando a propiedad de la nobleza.