Las alergias, un problema común para un número cada vez mayor de personas, no son curables, pero se pueden controlar de manera eficaz para garantizar una vida mejor.
¿Por qué las alergias están aumentando?
En la actualidad, los niveles de contaminación en aumento significan que cada vez más personas se están convirtiendo en víctimas de una variedad de alérgenos, que son las diversas sustancias que causan una reacción alérgica. Estos pueden ser cualquier cosa, desde un determinado tipo de colorante de alimentos hasta caspa de mascotas o incluso una determinada sustancia química presente en los mariscos.
También hay cada vez más niños que nacen con alergias, por lo que hay un aumento generalizado en la incidencia de alergias. Dado el impacto que las alergias pueden tener en la vida de una persona, hay una variedad de dispositivos disponibles que pueden ayudar a disminuir la aparición de ciertos alérgenos en un entorno específico. Esto ha ayudado a hacer la vida de muchas personas que tienen alergias graves mucho más fácil y ha mejorado su calidad de vida.
¿Cómo manejar las alergias?
Sin embargo, no existen métodos para curar las alergias y, por lo tanto, la mejor medida que se puede tomar es crear un entorno en el que se reduzca considerablemente la presencia de los alérgenos. La gravedad de la alergia también influye en las medidas que se deben tomar para garantizar que no haya alérgenos presentes en un entorno determinado. Por ejemplo, si el alérgeno está presente en los alimentos, se deben tomar medidas especialmente estrictas para garantizar que no se mezcle con otros alimentos, ya que las peores reacciones alérgicas suelen producirse cuando alguien ingiere algo que contiene el alérgeno.
Shock anafiláctico
La peor reacción alérgica es cuando una persona sufre un shock anafiláctico, que puede provocar la muerte si no se trata a tiempo. Incluso si la alergia no es tan grave, sigue habiendo molestias cotidianas que reducen la calidad de vida de quien tenga que vivir con ella. El tipo y la gravedad de la alergia serán los pasos determinantes a la hora de decidir qué medidas se deben tomar para garantizar que la persona que la padece no corra peligro. El paso más sencillo es evitar la fuente de los alérgenos, pero en algunos casos puede resultar imposible.
Alergia al “polvo”
Una de las alergias más comunes es la alergia al “polvo”, pero esto es un error. Hay muy pocas personas que sean realmente alérgicas al polvo, pero hay una gran proporción de personas que son alérgicas a los ácaros del polvo y sus excreciones. Estos ácaros del polvo se encuentran comúnmente en el polvo doméstico, la caspa de las mascotas y las plumas. Hay muy pocas personas que puedan crear un ambiente que esté completamente libre de estos alérgenos sin tener que hacer un gasto enorme. Sin embargo, hay productos disponibles que pueden reducir la cantidad de estos alérgenos en el entorno inmediato, especialmente en el dormitorio.
Hay productos disponibles que pueden reducir la aparición de alérgenos que se producen comúnmente en el hogar. Estos pueden ayudar a que el nivel de vida de las personas con alergias leves vuelva al de las personas que no sufren alergias. Estos productos también pueden ayudar a las personas que sufren alergias graves, pero es poco probable que eliminen por completo la fuente de la alergia, dependiendo de cuál sea exactamente la fuente. La mayor ayuda para quienes padecen alergias graves es un suministro constante de antihistamínicos. Estos productos ayudarán a detener el agravamiento de las reacciones alérgicas.