Comprender los componentes y fuentes de influencia es esencial para analizar cómo y por qué formamos ciertos de tipos de actitud, lo cual tiene implicaciones en la interacción social y en la toma de decisiones en diversos ámbitos de la vida.
¿Qué es la actitud?
Las actitudes son disposiciones o tendencias que se desarrollan a nivel intelectual y emocional, y que nos llevan a reaccionar de manera positiva o negativa hacia ciertas personas, objetos o situaciones.
En este sentido, una actitud implica una postura evaluativa en el contexto social, manifestando aceptación o rechazo. Este carácter social se evidencia en cómo respondemos a diferentes demandas de la vida comunitaria, como es el caso de opiniones sobre la pena de muerte, la desobediencia civil, la legalización del aborto, las relaciones sexuales prematrimoniales, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la adopción por parejas homosexuales, así como las políticas gubernamentales actuales.
Elementos de la actitud
Las actitudes se componen de tres elementos fundamentales:
Componente cognitivo:
El componente cognitivo requiere que exista un mínimo de conocimiento sobre el objeto de la actitud. Sin este entendimiento, es difícil formarse una opinión informada.
Componente afectivo:
El componente afectivo se refiere a las emociones que una persona siente hacia el objeto o situación en cuestión, ya sea a favor o en contra. Las emociones pueden influir significativamente en cómo se forma una actitud.
Componente conductual:
El componente conductual se refiere a la predisposición a actuar de una manera determinada en función de la actitud que se tenga. Es decir, nuestras creencias y sentimientos pueden llevarnos a comportarnos de cierta manera en situaciones concretas.
¿Cómo se forma la actitud personal?
Las actitudes se desarrollan a partir de cuatro fuentes de influencia:
Experiencia directa:
Las vivencias personales son una fuente clave en la formación de actitudes. Sin embargo, esta fuente no está presente en la adquisición de prejuicios, que a menudo se basan en estereotipos o generalizaciones.
Normas sociales:
La normas sociales son pautas de comportamiento que se han establecido socialmente y que pueden influir en nuestras actitudes. Las normas pueden moldear lo que consideramos aceptable o inaceptable en nuestra cultura.
Identificación con modelos de conducta:
La influencia de personas a quienes admiramos o con las que nos identificamos puede ser determinante en la formación de nuestras actitudes.
Factores de membresía institucional:
Pertenecer a ciertos grupos o instituciones también puede influir en nuestras actitudes, ya que las creencias y normas de estos entornos pueden reforzar o desafiar nuestras propias opiniones.