Entre los expertos en dietas, hay una adaptación del cuerpo que rara vez se menciona y que impide que un programa de dieta logre los máximos resultados. Esta adaptación, en la que el cuerpo no puede bajar de peso, se puede abordar de diversas maneras, la mayoría de las cuales implican cambios en el entrenamiento o el régimen de dieta de una persona. Si bien sortear la tasa metabólica puede ser un proceso difícil, se puede lograr.
¿Por qué mi cuerpo es incapaz de bajar de peso?
La forma humana típica es capaz de lograr una serie de hazañas increíbles que parecen suspender o desafiar la forma en que la ciencia nos dice que funcionan las cosas. Los atletas, a través de pura fuerza de voluntad, pueden terminar levantando algo que sus cuerpos no deberían poder sin sufrir nada peor que espasmos musculares. Las personas pueden adaptarse a un trauma físico extremo causado por un accidente de coche y desafiar las predicciones de que nunca volverán a caminar. Si bien, en general, estas asombrosas hazañas son útiles en diversas situaciones, hay reacciones físicas que algunas personas ven con bastante desaprobación. Entre estas «reacciones desfavorables» se encuentra algo conocido como «meseta de pérdida de peso».
Básicamente, la «meseta» es un término utilizado para describir una situación en la que el cuerpo se ha vuelto incapaz de bajar más peso, generalmente debido al desarrollo de una tolerancia a las píldoras y métodos de pérdida de peso que se están utilizando.
Tolerancia a las limitaciones
La meseta se alcanza cuando el cuerpo desarrolla tolerancia a las limitaciones y prácticas del régimen, lo que permite que la tasa metabólica del cuerpo se ajuste a las píldoras o técnicas de pérdida de peso que se estén utilizando. La mayoría de los libros de dietas ignoran decididamente la existencia de la meseta, principalmente porque puede verse como una negación del propósito de la dieta y, por lo tanto, es malo para el marketing. Sin embargo, existen formas de contrarrestar la creación de una tolerancia del cuerpo humano a los regímenes de entrenamiento y las píldoras de pérdida de peso.
Metabolismo
El metabolismo humano, cuando se le presenta un patrón, eventualmente se adaptará a ese patrón. Esta adaptabilidad natural del cuerpo humano es la que puede provocar la meseta de pérdida de peso, en particular si la dieta y los hábitos alimentarios de la persona se han modificado para perder peso.
¿Qué hacer para que mi cuerpo pueda bajar de peso?
Por lo tanto, cambiar el patrón permitirá que, una vez que haya pasado una cantidad suficiente de tiempo, su plan de dieta o las píldoras para adelgazar vuelvan a ser eficaces. Este truco consiste básicamente en confundir el metabolismo humano y, a menudo, se considera una forma bastante drástica de hacer que el cuerpo vuelva a estar en «modo dieta». Por supuesto, existen varias formas de alterar eficazmente ese patrón sin causarle al cuerpo un daño permanente.
Añadir entrenamiento de fuerza y pesas y modificar el programa de ejercicios también puede ayudar a alguien a superar la meseta, en la mayoría de los casos. El cuerpo seguirá quemando nutrientes durante la actividad física, aunque la tasa metabólica del sistema digestivo puede adaptarse de manera que se retenga más peso en lugar de quemarlo durante el ejercicio. Aumentar la dificultad de los ejercicios o cambiar los movimientos para apuntar a áreas musculares menos desarrolladas puede obligar eficazmente al cuerpo a readaptarse. Mientras el cuerpo está ocupado adaptándose a los cambios, también puede comenzar a perder peso nuevamente. Este método se utiliza mejor con modificaciones en la dieta de la persona, sin embargo, para maximizar la eficacia.
Otro truco utilizado para evitar el problema de la meseta es hacer cambios en el intervalo de tiempo entre comidas. El reloj interno con el que funciona el sistema digestivo del cuerpo humano se puede alterar para adaptarse a los propósitos de uno, siempre que se ejecuten los cambios adecuados en la dieta y los hábitos alimentarios. Una acción simple como alterar el horario de las comidas, como agregar más comidas pero reducir la cantidad de cada una, puede tener un efecto apreciable en la alteración de la tasa metabólica. El concepto clave de este método es engañar al cuerpo para que queme los alimentos más rápido, con lo que se vuelve a encaminar el programa de pérdida de peso y la dieta.
Al considerar las opciones, es útil tener en cuenta que lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. Algunos metabolismos más lentos pueden requerir una combinación de modificaciones en el programa de dieta y el régimen de ejercicios, mientras que otros pueden arreglárselas simplemente acortando el descanso entre comidas. El punto crítico es encontrar un método que funcione y sea eficaz para un metabolismo específico, lo que puede ser un proceso que requiere mucho tiempo.