Después de la muerte de Lenin, surgió una intensa lucha interna por el control del Partido Comunista. Los dos principales contendientes en esta batalla fueron Iósif Stalin, quien ocupaba el cargo de Secretario General del Partido, y León Trotski, uno de los principales líderes militares y teóricos del bolchevismo.
Muerte de Lenin
A la muerte de Lenin el 21 de enero de 1924, sus dos posibles sucesores, Trotsky y Stalin, iniciaron una lucha por la supremacía en el partido, esto se debió en gran parte a sus irreconciliables concepciones acerca del futuro de la Revolución.
Trotsky buscaba expandir la revolución a otros países («revolución permanente»). Stalin defendía la necesidad de afianzar el socialismo en la URSS («socialismo en un solo país»), antes de lanzarse a aventuras que pudieran comprometer el proceso revolucionario, supeditando su internacionalización cuando se diera el caso al modelo que se estaba estableciendo en la URSS.
Inicios de la dictadura de Stalin
Stalin una vez capturado el poder con apoyo de Zinoviev y Kamenev deportó a Trotsky y promovió su asesinato en México (lugar donde había huido). Stalin desplazó a los otros dos miembros del triunvirato (troika) no admitiendo ningún tipo de oposición iniciando las purgas políticas que terminaron por establecer un régimen de carácter totalitario y represivo, asignando al Partido Comunista un poder decisivo en todos los aspectos. Tuvo además como objetivo convertir a la URSS en una gran potencia, aunque los costos finalmente fueron realmente altos.
No obstante, el duro gobierno de Stalin tuvo importantes logros, consiguió así la industrialización de la URSS en base a los planes quinquenales (proyecto modernizador planificado de largo plazo), convirtiéndola en la tercera potencia industrial, en el campo potenció la mecanización en base a grandes unidades de producción colectivizadas. Estatizo y democratizó la educación, redujo el analfabetismo en 1% y se crearon universidades obreras.
Consecuencias de la revolución rusa
Puso fin a la monarquía zarista y la dinastía de los Romanov, con su caída se organizó el primer Estado socialista de la historia, el de la URSS que se convirtió en poco tiempo en una potencia mundial.
Su estallido tuvo repercusión a nivel mundial extendiendo su influencia por amplias partes del mundo en especial después de la Segunda Guerra Mundial. La economía rusa soviética adquirió un carácter socialista donde el Estado asumió la propiedad absoluta de los medios de producción.
Con el triunfo de la revolución en Rusia y la posterior formación de la URSS se sentó las bases de la bipolaridad al confrontarse con el capitalismo, que después de la Segunda Guerra Mundial generó la llamada Guerra Fría.