Numerosos imperios ampliaron sus dominios a través de anexiones, conflictos bélicos y acuerdos diplomáticos. La competencia por la adquisición de territorios se volvió más aguda, lo que resultó en conflictos y rivalidades entre las potencias imperiales. Los principales imperios fueron el británico y el francés.
Imperios del siglo XIX
Los imperios del siglo XIX fueron vastas entidades políticas y territoriales que controlaron amplias áreas del mundo, ejerciendo una profunda influencia sobre la política, la economía y la cultura global de la época. Se distinguieron por su habilidad para ampliar su control y ejercer su influencia en diversos continentes. A continuación, se explican las características de estos imperios y su impacto en el siglo XIX.
Los imperios europeos, en particular, llevaron a cabo una intensa expansión colonial, estableciendo vastos territorios en África (el famoso reparto de África), Asia y Oceanía. Este proceso, conocido como el «imperialismo» del siglo XIX, estuvo impulsado por la búsqueda de recursos naturales, mercados y poder geopolítico.
Victoria I (1837-1901) «Era Victoriana»:
La llamada «Era Victoriana», regida por el mandato de la reina Victoria, marcó el momento de mayor esplendor de Inglaterra ya que fue una época de gran expansión territorial y prosperidad económica como consecuencia de su temprano proceso de industrialización. Convirtió a Inglaterra en la más grande potencia colonial e industrial del mundo bajo una hábil política de gobierno por la cual delegó el manejo político del Estado al parlamento y a los primeros ministros.
Con ello permitió la convivencia a través de un estable equilibrio político entre los tories (conservadores) y los whigs (liberales). Sus más importantes ministros fueron los liberales Henry John Temple vizconde de Palmerston y William Edward Gladstone y el conservador Benjamin Disraeli.
Entre las principales colonias británicas en Asia tenemos la India (fue la más importante), Hong Kong (obtenida de China por la Guerra del Opio en 1842). En África tenemos Egipto (arrebatada a los franceses) y Unión Sudafricana (obtenida por la Guerra Anglo-Boers en 1902). En América destaca Canadá (arrebatada a los franceses). En Oceanía tenemos a Australia y Nueva Zelanda.
El Imperio francés
La derrota de Napoleón III frente a los prusianos, en Sedán (1871), determinó la caída del Segundo Imperio y el establecimiento de la Tercera República. Esta vivió agitada por constantes luchas entre los partidos y se distinguió por su carácter laico. Francia había perdido su imperio colonial a consecuencia de la severa derrota sufrida en la Guerra de los Siete Años. En el transcurso del siglo XIX logró construir un nuevo imperio, el segundo después del inglés.
El imperio francés estaba conformado por los siguientes territorios:
- En Asia: Tonquín y Anam (Indochina).
- En África: Túnez, parte de Marruecos, Argelia, Sudán francés, parte del Congo, la isla de Madagascar, y África ecuatorial francesa.
- En América: Guyana francesa y las islas de Guadalupe y Martinica en el mar de las Antillas