El Imperio romano de Oriente, conocido como Imperio bizantino, duró más de mil años, inició en los años 395 d. C. hasta 1453 d. C.
Los límites territoriales propios de la naturaleza le permitieron una mejor defensa del imperio, el cual se extendía al norte con el río Danubio y las montañas de los balcanes; al sur, los desiertos de Sáhara y Arabia; al oeste, el mar y al este, las mesetas del Asia Menor.
Bizancio (395 – 1453 d. C.)
Origen
Su origen reside en la división del Imperio romano hecha por el emperador Teodosio en el año 395 d.C. entre sus dos hijos, a Honorio le correspondió la zona de Occidente, con capital en Ravena y Milán y a Arcadio la zona de Oriente, con su capital Constantinopla, llamada antiguamente Bizancio.
La situación narrada fue un reflejo de las diferencias que hubo entre ambos territorios, porque mientras la parte occidental estaba en decadencia, la parte oriental se encontraba en apogeo debido a su diversificación económica y ubicación estratégica.
Asimilación de los bizantinos
Una de las características más resaltantes de los bizantinos fue la capacidad de asimilación y síntesis que desarrollaron. En otras palabras, tomaron en cuenta las tradiciones heredadas de los elementos cristianos, orientales y grecorromanos, creando una identidad particular, que se fundamentó en un símbolo de la civilización cristiana, frente a los bárbaros, persas, árabes y turcos.
El Imperio bizantino mantuvo los legados grecolatinos que quedaron de la destrucción de las invasiones bárbaras y también fueron impedimento en el avance del islam en Europa. Sin embargo, a pesar de la influencia romana en su cultura lo que prevaleció fue el elemento heleno o griego, motivo de su posición geográfica. Por ejemplo, el griego se convirtió en la lengua oficial.
Medio geográfico
El imperio bizantino tenía como capital a la ciudad de Constantinopla localizada a orillas del Bósforo, entre el Cuerno del Oro y el Mar Negro en el extremo de Europa oriental, donde se unen Asia y Europa.
La relevancia territorial de esta ciudad principalmente se centró en ser conexión entre el Oriente y el Occidente. La ciudad de Constantinopla era una ciudad comercial de tráfico intenso que permitía establecer el contacto entre Europa y Asia.
En el siglo VI, época de mayor apogeo, se extendió por los territorios europeos de Grecia, Macedonia y Tracia; en Asia abarcó Mesopotamia y el Asia Menor; en África tenia el control de Egipto, Libia y Cirenaica.
Las condiciones geográficas de su ubicación fueron beneficiosas para el establecimiento de una soberanía marítima en el Mediterráneo y una defensa resistente de Asia Menor protegida por el sudeste por la barrera de los Montes Tauro.
Más adelante, empezaría a perder sus territorios debido a las diferentes invasiones que resultaron en que la decadencia de la ciudad de Constantinopla.
Organización económica
Su importancia económica para Occidente y Oriente se focaliza principalmente en ser una área de intercambio entre ambas regiones. Resaltó su comercio de tipo urbano y su moneda logró ser usada entre las diferentes economías en las que se expandió.
Agricultura y comercio
Tenía un gran rendimiento agrícola que fue base económica junto con el comercio. La nobleza y el clero estaba a cargo de la organización de la agricultura mediante latifundios. En estos campos se cultivaban cereales, frutos, hortalizas y otros alimentos vegetales.
Las cosechas abastecieron las ciudades bizantinas y también fueron exportadas en grandes cantidades. Este comercio estuvo dirigido por el Estado, debido a la necesidad de mantener un gobierno de poder extenso y la relevancia de la defensa de sus territorios. La labor del Estado se caracterizó por su exigente sistema de recaudación de impuestos y el mantenimiento de la capacidad y reservas económicas que limitaba en ciertas ocasiones a propuestas económicas.
Organización social
La organización social de Bizancio se estableció a partir de dos grupos constituidos:
- La aristocracia terrateniente que atesoraba grandes extensiones de tierras.
- Los campesinos que estaban en condición de explotación.
Organización política
El imperio estaba a cargo del emperador, el cual tenía carácter divino en la medida que su poder le había sido otorgado por Dios. Ello le cedió a la autoridad del Imperio de Bizancio gozar de una validez representativa que le facilitó liberar al Estado del despotismo del ejército.
Principales emperadores:
- Teodosio II: En el año 413 d. C. ordenó la edificación de las murallas que cuidaron a Constantinopla por 800 años.
- Justiniano: Su gobierno duró alrededor de 40 años, mejoró la vista de la ciudad donde fundó la iglesia de Santa Sofía, acueductos y fortalezas. Uno de sus obras destacadas fue el Código de Justiniano (conjunto de leyes civiles romanas).
- Heraclio: En el año 616 d. C. derrocó a los persas.
- León III: Conocido como «el isauro», en el año 717 d.C. derrotó a los árabes.