Al poco tiempo de iniciado el combate de Angamos, una granada disparada del Cochrane chileno voló la torre de mando del Huáscar provocando la muerte instantánea de Miguel Grau Seminario.
Después del combate de Iquique y la perdida de la «Independencia», el Huascar inicio una serie de correrías que debilitar a la escuadra chilena, por lo que esta se vio obligada a nombrar un nuevo jefe marítimo, Galvarino Riveros.
Durante el combate naval de Angamos el monitor Huáscar fue cercado y capturado por las naves chilenas. La corbeta Unión logró escapar. La consecuencia inmediata de la perdida del Huáscar y Miguel Grau en el combate de Angamos permitió que Chile tuviera dominio total del mar. A partir de este evento se da comienzo a lo que sería las batallas de la campaña terrestre.
Naves de la escuadra chilena
Durante la Guerra del Pacífico la escuadra chilena contaba con naves modernas. Entre ellas dos acorazados («Cochrane» y «Blanco Encalada»), dos cobertas («Chacabuco» y «O’Higgins»), cuatro buques de madera «Esmeralda», «Covadonga», «Magallanes» y «Abtao») y dos transportes a vapor (Rimac» y «Matías Cousiño»). La oficialidad de esta escuadra, al mando de William Rebolledo, había recibido instrucción en el extranjero.
Naves de la escuadra peruana
El Perú tenía una escuadra naval más antigua y menos cuantiosa que la chilena. Las unidades más nuevas eran la fragata blindada «Independencia» y la corbeta de madera «Unión». Además del monitor blindado «Huáscar» y la cañonera «Pilcomayo», la escuadra estaba integrada por naves viejas, los monitores «Atahualpa» y «Manco Cápac» y los transportes «Limeña» y «Oroya».
Combate de Angamos
Mientras Chile realizaba todos los aprestos necesarios para tener en óptimas condiciones un ejército para la ocupación de Lima, no decidía la suerte en el mar por estrategia. A partir de ahí, el mar peruano debió ser defendido con solo dos embarcaciones, “Unión” y “Huáscar”.
Al amanecer el 8 de octubre se produjo el combate de Angamos, entre Mejillones y Antofagasta, la “Unión” por ser nueva y veloz se retiró para ponerse a salvo del ataque, en tanto que el “Huáscar” le cubría la retirada concentrando la atención de las naves enemigas. Una granada disparada desde el «Covadonga» hizo impacto en la torre de mando matando a su comandante, el almirante Miguel Grau. Iguales suerte corrieron los jefes que sucesivamente asumieron el mando del inmortal monitor: Diego Ferré, Elías Aguirre, José Meiitón Rodríguez, Enrique Palacios y Pedro Garezón quien ordenó que se abrieran las válvulas.
Los chilenos impidieron el hundimiento del “Huáscar”. La “Unión” se retiró al Callao para la defensa del puerto. Con esa perdida, los chilenos quedaron dueños del mar.