La cultura Ichma es el nombre utilizado para denominar a las sociedades que se desarrollaron entre los valles de Rímac y Lurín, y que tenían como recinto central a Pachacámac. Algunas interpretaciones indican que Ichma era el nombre de la deidad principal, conocida comúnmente como Pachacámac.
La cultura Ichma
Ichma floreció en la costa central del Perú, entre los años 900 y 1440 d.C., en los periodos conocidos como el Intermedio Tardío o Segundo Desarrollo Regional. Aunque sus expresiones culturales no conformaron una unidad de estilo, se ha extendido la denominación de cultura Ichma.
Según el investigador del idioma quechua, fray Diego Gonzáles Holguín, ichma significaba
“color de fruto que nace en capullo».
Ubicación y extensión
La cultura Ichma estuvo ubicada en el área yunga y chaupiyunga de la hoy provincia Lima. Su espacio abarcaba, por el sur, desde el valle de Lurín, hasta más allá del valle de Lima por el norte; por tanto, no incluía la arroyada del Chillón. Consecuentemente comprendía dos valles: Lima y Pachacamac. Este último fue su principal centro.
Sociedad
Ishma conformó un Estado señorial de estructura teocrática. Pese a haber ocupado un desierto, los habitantes de Lima sobre todo tuvieron un alto nivel de vida, gracias a su pericia para trazar múltiples canales de riego hasta donde pudieran llegar las aguas del río, para dar vida a un extenso vergel y boscaje.
La población estuvo dividida de acuerdo a su especialización: pescadores, agricultores, comerciantes, artesanos. En la cúspide de la pirámide social estaban los señores o nobles que conformaban la clase dirigente.
Política
En la cultura Ichma dominaban los diversos curacazgos ubicados en los valles de Lurín y Rímac. Dichos curacazgos eran los de Sulco (Surco), Guatca, Lima, Maranca (Maranga) y Callao. Formaron una especie de confederación, aunque sobre ello no se tiene información suficiente.
Religión
Su principal dios era Pachacamac (el dios de los terremotos). Esta deidad era muy famosa y temida, recibía ofrendas, sacrificios humanos y peregrinos que llegaban desde los confines del mundo andino.
Se sabe que el ídolo estaba tallado en madera y resguardado en una pequeña cámara. Su prestigio habría de mantenerse a lo largo del periodo Inca, prolongándose hasta la conquista española.
Santuario de Pachacamac
Pachacámac se convirtió en el principal centro del Señorío Ichma. De esta época son unos 16 edificios con rampas de acceso, que los arqueólogos han denominado Templos con Rampa.
Economía
Los hombres de la cultura Ichma practicaron la agricultura, el pastoreo y el comercio de los productos excedentes. Aprovecharon y mejoraron la excelente red de canales o acequias heredadas de la cultura Lima, con la que ganaron extensas áreas para el cultivo. El valle de Lima era muy fértil y daba las subsistencias a una crecida población.
Los grandes recintos ceremoniales, además de su función religiosa, servían como grandes almacenes de productos alimenticios y como centros de fabricación de productos suntuarios.
Arquitectura
La arquitectura de la cultura Ichma se basó en el uso de los tapiales o adobones, tenían rampas y sirvieron como recintos urbano-ceremoniales. Entre los recintos más importantes encontramos:
Valle del Rímac
Entre las construcciones más importantes del valle del Rímac están:
- Maranga: dentro de ella tenemos a las huacas Tres Palos, Cruz Blanca, San Miguel, La Cruz y La Palma.
- Mangomarca
- Mateo Salado
- Huaca San Borja.
Valle del Lurín
Las construcción representativa del valle de Lurín es Pachacámac, el cual es considerado como el recinto más importante por la presencia del ídolo al cual le atribulan ser una especie de oráculo; fue tal su importancia que permaneció desde el Intermedio Temprano hasta la época inca. Existen estilos arquitectónicos incas en la ciudadela. También encontramos a Manchay Alto, Mal Paso, Molle y Huaycan.
Cerámica
La cerámica de la cultura ichma típica es de pasta marrón rojizo, gruesa, pesada, asociada con la de los sitios serranos del valle del Rímac. Esta cerámica a menudo exhibe una decoración pintada; la variedad ha sido lograda por la experimentación con las formas, principalmente con las de los cuellos y golletes. Las ofrendas de cerámica en las tumbas casi siempre consisten en vasijas utilitarias.