Este artículo analiza qué es la tensión, cuándo se considera perjudicial y los posibles tratamientos para ella. También analiza los peligros de algunos medicamentos recetados que pueden traer más daño que beneficios. Por último, también menciona la tendencia de algunas personas a automedicarse y automedicarse y los peligros de ello.
¿Qué es la tensión?
La gente suele considerar la tensión como algo negativo, posiblemente porque es un fenómeno que suele asociarse a situaciones o experiencias negativas. Incluso a veces se la considera un estado mental. La tensión es en realidad un funcionamiento natural de los músculos. A diferencia de su connotación negativa, este fenómeno fisiológico sirve principalmente como un acto protector para mantener el estado del músculo a pesar del estiramiento o tirón constante.
La tensión es lo que evita que los músculos se desgarren por completo. Sin embargo, experimentar esto a menudo puede pasar factura a los músculos y, con el tiempo, puede causar fatiga y rigidez muscular. Cuando esto sucede, puede provocar otros problemas musculares e incluso problemas de salud no relacionados claramente con la fisiología muscular, como dolores de cabeza.
Problemas de salud ocasionados por la tensión
Durante situaciones estresantes, los músculos de una persona aumentan su tensión de forma inconsciente. Esto puede deberse posiblemente a los cambios que el estrés crea en el cerebro, que regulan los equilibrios químicos. Dado que el cerebro dirige básicamente todos los movimientos del cuerpo de una persona, así como el resto del funcionamiento de todo el sistema, la alteración de los movimientos químicos en el cerebro puede provocar cambios en todo el cuerpo. La mayoría de estos cambios son experimentados inconscientemente por una persona, por lo que a menudo es difícil controlarlos voluntariamente. La tensión de los músculos se vuelve problemática cuando se experimenta con frecuencia, causa fatiga y no se puede controlar fácilmente, ya que ocurre sin que la persona lo sepa.
Los efectos de esto pueden variar desde una simple fatiga hasta un caso peor de dolor de cabeza crónico. Aunque estas afecciones pueden no parecer motivo de alarma, a largo plazo pueden alterar en gran medida el funcionamiento diario de cualquier persona. Los dolores de cabeza pueden no requerir necesariamente hospitalización, sin embargo, seguramente pueden impedir que uno vaya a trabajar o incluso realice tareas diarias importantes. Debido al dolor de cabeza, el nivel de estrés de una persona puede aumentar aún más, lo que provoca un proceso continuo de causa y efecto entre el estrés y los dolores de cabeza. Esta situación, cuando se prolonga, puede volverse más difícil de tratar o controlar. Por lo tanto, es posible que ya se necesiten medicamentos fuertes para resolver el problema.
Uso de medicamentos
A pesar de los beneficios de usar medicamentos recetados, aún puede causar varios efectos secundarios, lo que es otra desventaja. Algunos efectos secundarios pueden incluso ser peores que la enfermedad en sí. Algunos medicamentos pueden no ser tan fuertes como otros medicamentos recetados, pero pueden ser igualmente potentes o efectivos para tratar el dolor crónico. Estos son generalmente los medicamentos que los médicos recetan inicialmente cuando los pacientes acuden a ellos quejándose de dolores de cabeza tensionales. En la medida de lo posible, los médicos evitan provocar más dolor y dificultades a sus pacientes. Estos son factores que también deben tenerse en cuenta a pesar de la eficacia de un medicamento.
Otro problema relacionado con esta situación es la disponibilidad de algunos medicamentos supuestamente recetados para los dolores de cabeza tensionales. Como a veces se pueden conseguir incluso sin receta, las personas tienden a automedicarse. Por lo tanto, las situaciones que deberían haberse evitado con la supervisión de médicos expertos tienen más posibilidades de ocurrir.
Además, problemas de salud simples como dolores de cabeza tensionales pueden agravarse o derivar en otras complicaciones más graves debido a acciones imprudentes. Por lo tanto, se produce lo que generalmente se considera un error innecesario. Los problemas de salud menores, como los dolores de cabeza crónicos provocados por el estrés y la tensión, se vuelven fatales.