A lo largo de la historia se han transformado, las características del Imperialismo colonial, de acuerdo a las circunstancias socioeconómicas y culturales propias de cada momento y de cada potencia imperialista en particular.
Imperialismo (Siglos XIX-XX)
Es el fenómeno ocurrido en la segunda mitad del siglo XIX que se acentuó con la Segunda Revolución industrial, a través del cual estados poderosos («metrópolis») ocupan territorios del África, Asia y Oceanía («colonias») ejerciendo una dominación directa para obtener materias primas, ampliar sus mercados y explotar mano de obra barata siendo integradas al circuito económico internacional aunque en una condición desventajosa de periferia subordinada.
¿Qué significa Imperialismo?
El termino imperialismo hace referencia también de acuerdo al marxismo a la tercera etapa del capitalismo caracterizado por una nueva división económica del mundo en base al predominio del sistema concentración o de monopolios (grandes empresas trasnacionales que controlan el mercado) y expansión del capital financiero (inversión de grandes capitales que son exportados).
Causas del Imperialismo de los siglos XIX-XX
Causas económicas:
La necesidad de nuevas fuentes de materias primas, mano de obra nativa barata y mercados de consumidores para las manufacturas de las potencias industriales para fortalecer el comercio de sus países. Esto se debió en primer lugar a la escasez de recursos (materia prima) por parte de Europa que no podía suministrar todo lo que su industria necesitaba y lo buscaría en otros continentes.
En segundo lugar la producción industrial se abarata cuando se produce a gran escala, por lo tanto se necesitan nuevos mercados de consumidores que incrementasen las ganancias. En tercer lugar había que buscar mano de obra nativa barata que redujese los gastos de inversión para la extracción de recursos.
Necesidad de progreso económico:
Se pensaba que las colonias eran esenciales para el progreso económico de Europa, unido a la necesidad de expandir o invertir sus capitales financieros acumulados en distintas partes para obtener grandes utilidades. Esto era parte de un proceso de alejamiento de un capitalismo basado en el liberalismo que trajo la aparición de corporaciones. El mundo se ha repartido entre grandes asociaciones capitalistas monopolistas y entre grandes potencias que les sirven de instrumentos las cuales eran rivales y competidoras.
Causas políticas:
Los estados estaban interesados en fomentar el poder y la seguridad de sus países por ello la política internacional se hacia más belicosa en la medida que los sentimientos nacionalistas eran más intensos. La competencia militar entre los estados por el control de las colonias, persuadía a los gobiernos a invertir en las más recientes investigaciones y técnicas industriales.
Auge del Nacionalismo:
Una potencia mundial necesitaba tener bases en todos los continentes, esto dio pie a una intensa competencia imperial que derivaron en algunos casos en conflictos armados. Arrebatar territorios a las potencias rivales, además de reportar beneficios materiales alimentaba el orgullo patrio, el deseo de poder y status, las ansias de prestigio, los afanes de gloria, las necesidades de expansión, la protección para sus súbditos, bases para sus flotas, hogares para los emigrantes.
Causas sociales:
Las élites políticas de los estados colonialistas creían que el éxito de sus conquistas imperiales reduciría la desigualdad de las clases sociales menos favorecidas. Es decir solucionar, o al menos aliviar los problemas internos formó parte de la lógica de los países imperialistas. Exacerbando el nacionalismo, el imperialismo sirvió también para desviar la atención de las clases trabajadoras de sus problemas reales y cotidianos. Si bien se mejoraron en cierta manera las condiciones de los trabajadores europeos fue a merced de la explotación y saqueo de sus colonias.
Causas científicas:
El interés científico por explorar nuevos territorios por parte de las cada vez más numerosas e importantes sociedades geográficas y de ciencias naturales, algunas de las cuales fueron formadas por potentados y misioneros, impulsando la penetración de otros continentes, destacando el accionar de los británicos David Livingstone y Henry Stanley.
Causas religiosas:
Los misioneros europeos (católicos y protestantes) contribuyeron a la colonización de vastos territorios desde una perspectiva evangelizadora, aunque también destacó su acción filantrópica mediante el desempeño de labores educativas, sanitarias y caritativas, fueron además los abanderados del abolicionismo de la esclavitud ya que desde inicios del siglo XIX solamente se había prohibido su comercialización (trata negrera).
Motivos ideológicos:
Las potencias imperialistas legitimaron su accionar apoyándose en una interpretación distorsionada de la teoría evolucionista de las especies de Charles Darwin. Según la cual las razas superiores (genética y culturalmente) fuertes y civilizadas habían dominado el mundo, imponiéndose sobre las razas atrasadas. Se creó así una jerarquía de razas, los blancos se encontraban en la cúspide mientras que las otras razas menos desarrolladas estaban por debajo. Esta raza superior tenía el deber moral de asumir una misión civilizadora de los pueblos vistos como inferiores.
Para que se llevara la civilización a los bárbaros de Asia, África, etc., no debían existir escrúpulos en utilizar cualquier medio. Incluso el empleo de la guerra y la brutalidad, la destrucción o aniquilamiento de las razas inferiores, aparecía exaltada y justificada.
