La Revolución francesa fue un proceso de lucha político-militar, llevado a cabo por la burguesía con participación campesina, contra el antiguo régimen, cuyo objetivo fue lograr el control político de Francia. Conoce las causas de la Revolución francesa.
Causas de la Revolución francesa
Políticas:
El despotismo del rey Luis XVI, que gobernaba sin casi ningún tipo de control político. No había libertad de opinión, regía la censura y se aplicaba un documento llamado el «Sello Real». Este suprimía la libertad de cualquier individuo por orden del rey.
Este sistema empezó a entrar en decadencia convirtiéndose en una forma de gobierno obsoleto debido a la difusión de las nuevas ideas (Ilustración) y el establecimiento de nuevas formas de gobierno (república federal).
Sociales:
La división estamental propia del periodo feudal seguía imperando en la Francia prerrevolucionaria, donde los privilegios eran en base al nacimiento. Así tenemos tres estados o estamentos: La nobleza (primer estado) y el clero (segundo estado) merecedores de todo tipo de privilegios; y un grupo bastante heterogéneo compuesto por burgueses, artesanos, comerciantes, sectores populares urbanos y campesinos (tercer estado), que sostenían con su explotación los privilegios que gozaban los dos primeros estamentos. Esto mismo ocurría con el desigual sistema de impuestos, donde los estamentos privilegiados, la nobleza y el clero, disfrutaban de una amnistía fiscal absoluta.
Ideológicas:
La influencia de la ilustración, donde los filósofos ilustrados con sus críticas a la monarquía absoluta y a la sociedad estamental habían socavado las bases del Antiguo Régimen en la medida que demandaban reformas graduales basadas en el racionalismo.
Económicas:
Entre los años 1788-89 se produce una grave crisis agrícola debido a problemas climáticos, trayendo como consecuencia una baja en la producción, sobre todo de trigo, alimento fundamental. La escasez de este cereal provoca el alza de su precio generando hambre, malestar y protesta.
El despilfarro del dinero fiscal por un mal manejo económico llevaría a la monarquía a la bancarrota. Estos recursos se destinaban en parte a cubrir los gastos de la Corte de Versalles y a las pensiones de los nobles, además de los sueldos de la élite burocrática. A esto habría que sumarle los gastos de guerra en especial para luchar contra Inglaterra como ocurrió en forma indirecta en la guerra de Independencia de las trece colonias norteamericanas, a las cuales se les ayudó de forma casi totalmente gratuita.
A esto habría que sumarle las grandes exenciones tributarias que incrementaron la falta de liquidez del régimen esto empujaría a la monarquía a embarcarse en créditos a intereses altísimos.