La economía feudal de caracterizo por el monopolio de la tierra, explotación en beneficio de unos pocos y atraso de la agricultura, comercio e industria.
Características de la economía feudal
Ante la amenaza de las segundas invasiones, las actividades económicas se dirigirán principalmente al sector rural, donde la población campesina empieza a practicar una economía básicamente agrícola, restringiéndose las actividades comerciales impulsadas por las ciudades.
Agricultura
La unidad de producción básica fue el feudo, expresado en una gran concentración de tierras propiedad del señor feudal, la Iglesia también era propietaria de importantes latifundios. En él los esclavos, siervos y hombres libres cultivaban lo suficiente para mantenerse a sí mismos y para pagar los diezmos a la Iglesia y la renta al señor, así como brindar los servicios personales demandados.
Importancia del feudo
Los mercados urbanos que no desaparecieron aunque si se debilitaron, se abastecían con las porciones de los diezmos y las rentas señoriales. En el feudo los diversos cultivos se organizaban en torno a las poblaciones en tres anillos. El primero y más cercano a la población se dedicaba a las frutas y hortalizas. El segundo era para los cereales, principal sustento de la época. El tercer núcleo eran tierras de pasto y monte explotadas de forma comunal. Los pastos comunales limitaban por tanto la expansión de las tierras de cereales e impedían ampliar la extensión cultivada según la demanda de la población.
Avances agrícolas
Es importante señalar que durante el periodo del feudalismo se produjeron innovaciones tecnológicas que cambiaron el panorama de la actividad económica de ese entonces, en especial en el campo. Para el sector terrateniente las rentas y los servicios que exigía de la masa campesina la movió a mejorar sus métodos de cultivo para obtener un incremento en su producción, en ese sentido el espacio agrario no fue estático sino expansivo.
Uso del hierro en el arado
Es así que durante los siglos X al XI se implementó el uso del arado de vertedera (que permitió el uso de caballos en reemplazo de los bueyes), los molinos de agua y el empleo del hierro en el arado con ruecas que movía la tierra para oxígenarla mejor superando con creces al antiguo arado de origen romano.
Prosperidad del mundo rural
La prosperidad rural se basó así principalmente en las roturaciones (incorporar mayores extensiones de tierra para el cultivo) a través de mejores instrumentos de labranza que permitió ampliar la frontera agrícola e incrementar la productividad de la tierra. Durante los siglos X al XIII las formas de explotación de la tierra permitieron una mayor relación entre la producción agraria y la comercialización y venta, aumentaron los centros de distribución y consumo. Tanto así que la economía feudal paso a ser una de las más prosperas de la historia.
Las superficies cultivadas, el rendimiento, la variedad de la producción y, como consecuencia la alimentación mejoraron lo que provocó el aumento de la población. Las formas de poblamiento rural se concentraron por acción de los castillos y la Iglesia, el pueblo sustituyó a las aldeas rurales.
Resurgimiento del comercio
En este proceso se produce una expansión de las ferias, mercados, cultivos comerciales (cereales), uso de la moneda, aunque manteniendo, por razones políticas y sociales, la preponderancia de la agricultura feudal. Hubo así una mejor posibilidad de acumular capital e invertir, las rentas agrarias se monetizaron, se dio el fenómeno del asalariado, el comercio se desarrolló con la expansión de mercaderes y artesanos.
Ciudad medievales
Las ciudades medievales fueron creciendo y desarrollándose a partir de su función económica, aunque tuvo un conjunto complejo de estímulos sobre grupos sociales diversos. A pesar de la intensa urbanización desarrollada durante el feudalismo hay una estrecha relación campo-ciudad pues las ciudades para nacer tuvieron necesidad de un medio rural favorable pues necesita alimentarse, los ciudadanos llevan una vida semirrural, el entorno rural es la campiña.