La vitamina C, como antioxidante, ayuda a reducir la actividad de los radicales libres, subproductos del metabolismo normal que, no obstante, pueden dañar las células y preparar el terreno para el envejecimiento, la degeneración y el cáncer. Este artículo proporciona información sobre los numerosos beneficios de la vitamina C como antioxidante.
Vitamina C, la antioxidante del cuerpo
Corta una manzana por la mitad y se vuelve marrón. Una moneda de cobre se vuelve verde de repente, o un clavo de hierro que se deja a la intemperie se oxida. ¿Qué tienen en común todos estos eventos? Estos son ejemplos de un proceso llamado oxidación. Sin embargo, si la manzana cortada se sumerge en jugo de limón, la velocidad a la que la manzana se vuelve marrón se ralentiza. Esto se debe a que la vitamina C del jugo de limón reduce la velocidad del daño oxidativo.
Desde su descubrimiento hace 65 años, la vitamina C ha llegado a ser conocida como una «hacedora de milagros». Debido a su papel en la formación de colágeno y otras funciones vitales, la vitamina C actúa como un nutriente clave para el sistema inmunológico y como un potente combatiente de los radicales libres. Se ha demostrado que este nutriente de doble función previene muchas enfermedades, desde dolencias cotidianas como el resfriado común hasta enfermedades devastadoras como el cáncer.
La vitamina C soluble en agua se conoce en el mundo científico como ácido ascórbico, un término que en realidad significa «sin escorbuto». Dependemos del ácido ascórbico para muchos aspectos de nuestro funcionamiento bioquímico; sin embargo, los seres humanos se encuentran entre las pocas especies animales que no pueden producir su propio suministro de vitamina C. Al igual que estos otros animales, incluidos los primates y los conejillos de indias, no tenemos otra opción que obtener este nutriente a través de los alimentos o de nuestra dieta diaria.
Beneficios de la Vitamina C para el cuerpo
La vitamina C puede mejorar la resistencia del cuerpo a diferentes enfermedades, incluidas las infecciones y ciertos tipos de cáncer. Fortalece y protege el sistema inmunológico estimulando la actividad de los anticuerpos y las células del sistema inmunológico, como los fagocitos y los neutrófilos.
La vitamina C, como antioxidante, ayuda a reducir la actividad de los radicales libres. Los radicales libres son subproductos del metabolismo normal que pueden dañar las células y preparar el terreno para el envejecimiento, la degeneración y el cáncer. No debería sorprender que la vitamina C se esté utilizando para el tratamiento del cáncer. En grandes dosis, la vitamina C a veces se administra por vía intravenosa como parte del tratamiento del cáncer.
La vitamina C previene el daño de los radicales libres en los pulmones e incluso puede ayudar a proteger el sistema nervioso central de dicho daño. Los radicales libres son moléculas con un electrón desapareado. En este estado, son altamente reactivos y destructivos para todo lo que se interponga en su camino. Aunque los radicales libres se han relacionado con muchas enfermedades, en realidad son parte de la química del cuerpo.
Como antioxidante, la función principal de la vitamina C es neutralizar los radicales libres. Dado que el ácido ascórbico es soluble en agua, puede actuar tanto dentro como fuera de las células para combatir el daño de los radicales libres. La vitamina C es una excelente fuente de electrones; por lo tanto, «puede donar electrones a radicales libres como los radicales hidroxilo y superóxido y apagar su reactividad».
La versátil vitamina C también actúa junto con la glutatión peroxidasa (una enzima importante que combate los radicales libres) para revitalizar la vitamina E, un antioxidante liposoluble. Además de su función como eliminador directo de radicales libres en los líquidos, la vitamina C también contribuye a la actividad antioxidante en los lípidos.
Sin embargo, una salud óptima requiere un equilibrio entre la generación de radicales libres y la protección antioxidante. Una de las funciones de la vitamina C es atrapar y eliminar estos radicales libres antes de que provoquen demasiado daño.
Sin embargo, existen investigaciones que demuestran que la vitamina C puede actuar como prooxidante. En otras palabras, la vitamina C, en determinadas condiciones, puede actuar de una manera opuesta a su propósito previsto. Esto ha suscitado preocupación entre miles de personas que complementan su dieta con vitamina C… pero aún no hay estudios suficientes. Por lo pronto puedes seguir disfrutando de los beneficios de la vitamina C.