La Reforma luterana se inicia con: la publicación de Las 95 tesis, de Lutero. Tiempo después, aparecería Juan Calvino, seguidor de Lutero que llevaría al extremo los postulados.
Reforma luterana
La Reforma luterana se inicia con: la publicación de Las 95 tesis, de Lutero. En 1520, el papa León X condenó las posiciones de Lutero y al año siguiente lo excomulgó.
Postulados
Los puntos fundamentales de la doctrina de Martín Lutero fueron:
- La salvación se debe solo a la fe y no a las buenas obras.
- Cada persona puede interpretar libremente la Biblia y no hay obligación de aceptar la interpretación de la Iglesia.
- El Bautismo y la Eucaristía son los dos únicos sacramentos verdaderos; los demás son invención humana.
- El papado no es una institución creada por voluntad de Jesucristo.
- El culto a la Virgen y a los santos ha de suprimirse.
- El purgatorio no existe y las indulgencias no sirven para redimir las penas debidas a los pecados.
Intento de detener
En Alemania, el Emperador Carlos V intentó detener la reforma de Lutero; pero este contaba con el apoyo de los príncipes (Sajonia y Hesse). Tras las fallidas Dietas de Worms (1521), Spira (1525) y Augsburgo (1530), se forman las ligas luterana (Smakalda) y católica (Nuremberg), esta última liderada por el Emperador, que luchan hasta 1555, cuando se acuerda la Paz de Augsburgo, que reconoce el derecho de los príncipes a elegir su religión dividiendo a Alemania entre católicos y protestantes. Además, se reconocían las expropiaciones que los príncipes habían realizado de los bienes de la Iglesia católica.
Expansión
En la primera mitad del siglo XVI, las nuevas ideas de la Reforma, llevada a cabo por Lutero, se extendieron rápidamente por el centro y norte de Europa, donde surgieron difusores fervientes del luteranismo o nuevos reformadores que se distanciaron de Roma; pero, también de las tesis luteranas: Las derivaciones más importantes fueron el calvinismo y el anglicanismo.
Juan Calvino (1509-1561)
Las doctrinas luteranas fueron llevadas a un nuevo extremismo mezcla de intolerancia e intransigencia por el teólogo francés Juan Calvino quien organizó una nueva Iglesia cristiana en Suiza. Entre los años de 1541 y 1561 Calvino convierte Ginebra según sus ideas religiosas, aquí acentuó su desconfianza en las fuerzas humanas y la preponderancia de la gracia divina hasta llegar a un riguroso predistinacionismo fatalista.
Distorsión del Evangelio
Por el pecado la distancia que separa al hombre de Dios se vuelve absoluta, no pudiendo ser salvado ni por la justificación por la fe mereciendo la condenación. La salvación sólo puede ser acción de Dios, la concesión de la gracia divina no se da a todos los hombres, Dios ha establecido salvar a unos y condenar a otros es la base de la doctrina de la predestinación eterna.
Los predestinados eran los que manifestaban una fe muy intensa acompañada de una vida piadosa y austera, regidas por una moral extrema basada en los evangelios que confirma el estado de gracia y la presencia de Dios en los hombres. Esta propuesta de Calvino es una de sus ideas más polémicas, ya que cuestiona el libre albedrio del hombre.
Santos sacramentos
Para Calvino sólo dos sacramentos debían mantenerse, el bautismo y la comunión, se suprimían la jerarquía eclesiástica, convirtiendo a los sacerdotes en pastores, es decir, guía del pueblo elegido. Estos principios fueron recogidos en su libro La institución de la religión cristiana publicado en 1536. Su influencia se expandió por Suiza, los Países Bajos, el Occidente de Alemania, Francia y Escocia, en la medida que le dio al hombre una más intensa unidad proyectada hacia su destino final.