Este artículo relaciona los factores que subyacen a la alimentación emocional mediante el uso de investigaciones realizadas a través de encuestas y estudios sobre pérdida de peso. Este artículo lleva a la idea de que la pérdida de peso es particularmente difícil para quienes comen en respuesta a sus emociones y sentimientos (comedores emocionales).
Estudio sobre la alimentación emocional
La gente normalmente come más cuando surgen celebraciones, como cumpleaños y días festivos. Tendemos a comer más cuando ocurren este tipo de eventos. En línea con esto, un nuevo estudio descubrió que las personas que tienen la tendencia a comer en respuesta a factores externos, como días festivos y celebraciones, tienen menos problemas para lidiar con su pérdida de peso que aquellas personas que comen en respuesta a sus emociones (considerando los factores internos).
El estudio también descubrió que la alimentación emocional estaba asociada con la recuperación de peso en las personas que perdieron peso. La autora principal, Heather Niemeier, del Centro de Investigación sobre Diabetes y Control de Peso del Hospital Miriam, afirma que han descubierto que cuanto más comen las personas para responder a pensamientos y sentimientos, como cuando se sienten solas, menos peso pierden en un programa de pérdida de peso conductual. Los hallazgos también mostraron que entre los que han perdido peso con éxito, los que informan que comen por motivos emocionales tenían más probabilidades de recuperarlo.
Los autores señalaron que esto es importante, ya que uno de los mayores desafíos en el campo del tratamiento del sobrepeso y la obesidad sigue siendo el problema de la recuperación del peso después de la pérdida de peso. Según Niemeier, los participantes en programas de pérdida de peso conductual pierden una media del diez por ciento de su peso corporal, y estas pérdidas se asocian a importantes beneficios para la salud. Desafortunadamente, la mayoría de los participantes vuelven a su peso inicial en un plazo de tres a cinco años.
Inventario de Alimentación
En este estudio en particular, los investigadores analizaron las respuestas de los individuos a un cuestionario que se utiliza ampliamente en la investigación sobre el sobrepeso y la obesidad, llamado Inventario de Alimentación. El Inventario de Alimentación es una herramienta diseñada para evaluar tres aspectos de las conductas alimentarias de un individuo, como la restricción cognitiva, el hambre y la desinhibición. Para una investigación más específica, Niemeier y su equipo se centraron únicamente en el aspecto de desinhibición del Inventario de Alimentación. Aunque estudios anteriores han sugerido que la desinhibición en su conjunto es un predictor preciso de la pérdida de peso, la escala en sí incluye múltiples factores que podrían pronosticar los resultados por separado. Niemeier dijo que la escala de desinhibición evaluará el impulso de comer en respuesta a señales emocionales, cognitivas o sociales. Su objetivo era examinar y aislar los factores que componen la escala de desinhibición y luego determinar si estos factores tienen una relación específica con la pérdida y recuperación de peso.
Los incluidos en el estudio se dividen en dos grupos. El primer grupo estaba compuesto por 286 hombres y mujeres con sobrepeso que actualmente participan en un programa de pérdida de peso conductual. El segundo grupo, por otro lado, incluía a 3.345 miembros del Registro Nacional de Control de Peso (NWCR), un estudio en curso de adultos que han perdido al menos treinta libras y no han recuperado el peso durante al menos un año. Según el estudio, al examinar estos dos grupos diferentes, pudieron evaluar el efecto de la desinhibición en las personas que intentaban perder peso, así como en aquellas que intentaban mantener la pérdida de peso.
Perdida de peso
Tras un examen más detallado, los investigadores descubrieron que los componentes de la escala de desinhibición debían agruparse en dos áreas distintas: desinhibición externa e interna. La desinhibición externa describe las experiencias que son externas al individuo, mientras que la interna se refiere a comer en respuesta a pensamientos y sentimientos, lo que incluye comer emocionalmente. Los resultados mostraron que en ambos grupos, la desinhibición interna fue un predictor significativo del peso a lo largo del tiempo. Para aquellas personas inscritas en programas de pérdida de peso, cuanto mayor sea el nivel de desinhibición interna, menos peso se pierde con el tiempo.
Conclusiones
Su investigación ha sugerido que se debe prestar atención a la alimentación desencadenada por pensamientos y sentimientos, ya que claramente desempeñan un papel importante en la pérdida de peso. Sin embargo, la desinhibición interna predijo el cambio de peso a lo largo del tiempo por encima de otros problemas psicológicos, como la depresión, los atracones y el estrés percibido. Mediante una mayor modificación de los tratamientos para abordar estos factores desencadenantes de una alimentación poco saludable y al mismo tiempo ayudar a los pacientes a aprender estrategias alternativas, se podría mejorar su capacidad para mantener conductas de pérdida de peso, incluso frente a dificultades afectivas y cognitivas.
